Tengo una opinión, como cada cual.
Y la mía es que el gran problema, no solo de las motos, sino de cualquier aspecto de nuestra vida,
es la dependencia tecnológica y el grado de complejidad que está adquiriendo ésta.
Tal vez de ahí venga nuestra reticencia.
Antes, un motero, salia a la carretera con su hierro, un destornillador, cuatro alambres y mucha
ilusión, se perdía por los mundos de dios y, aunque se parara su moto cien veces, otras tantas
conseguía seguir adelante hacia su destino.
Hoy no. la electrónica lo invade todo. Si falla un parámetro, falla todo. Y no hay manera humana
de solucionar el problema si no es en un taller-laboratorio donde hay más chips que herramientas.
Dependemos de la inyección, del movil, del gps, de internet, de la electricidad, de los ordenadores,
de todo. Elimina una sola cosa de éstas y estas perdido en el desierto.
¿Que ocurrirá con esta tecnología cuando esté al alcance de los mortales?. Que solo unos cuantos
dispondrán de las llaves para que todo vuelva a funcionar y eso... es jodido y peligroso.
Se arrancará la moto con el movil, que a saber como será. El vehículo monitorizará todas las condiciones
de la carretera, del tráfico, del tiempo, de la circulación, etc. etc. Te llevará el a ti, y no al revés.
Y cuando algo falle... estamos jodidos.
En una conferencia sobre aplicaciones informáticas para el mundo del automóvil, salió como conferenciante
el mismísimo Bill Gates. Tras su impecable elocución, se vino arriba y dijo que el mundo de la informática
había evolucionado a cien años luz del mundo de la automoción. Que los vehículos no estaban a la altura del
progreso en otras áreas de la humanidad.
Tras su intervención, salió el presidente de Ford. Tras su también brillante exposición le recordó al tio Bill sus
palabras y le dijo algo así como... "efectivamente, puede que nuestros vehículos no estén a la altura tecnológica
de sus programas y ordenadores, pero nuestros coches no hay que pararlos en medio de la autopista para
reiniciarlos". Touché.