Buenos días chavalada;
Muchos ya lo sabéis, pero quiero compartirlo aquí para todos. El pasado jueves camino de Faro tuve un accidente con la moto. Un accidente serio, no una caída.
Gracias a la suerte, las consecuencias han sido leves, incluso más leves que las que provoca una quedada con el Chicha y su licor de plátano o que las que deja Tazman cuando viene con ganas de tomar cervezas. Un par de erosiones sin importancia, un hematoma del tamaño del Benelux en el brazo derecho, y un esguince (fuerte, con su férula y todo) en el pié izquierdo han sido el saldo. Perico, al que muchos conocéis, y que iba de paquete, ha quedado parecido, algunos hematomas y un golpe fuerte en la cadera, afortunadamente sin fracturas ni fisuras.
El golpe fue por un cúmulo de circunstancias, inevitables. No podemos echar la culpa al 100% a nadie. Íbamos por la A5 un poco antes de Mérida, rodando a ritmo de autovía, Lobeznoant en su SG y yo detrás. En zig-zag y a unos 120 km/h. Habíamos salido así desde Madrid a las 9:15 o así. En un momento dado, hay un accidente unos km más adelante de donde nos llegábamos. Cuando llegamos cerca del punto del siniestro previo (en el que había un coche con las ruedas hacia arriba en el carril derecho), se produce el famoso efecto acordeón. Nosotros íbamos por el carril de la izquierda en ese momento y un trailer que iba paralelo a Lobeznoant en lugar de frenar empieza a meterse hacia la izquierda para evitar la aglomeración, Lobezno frena muy fuerte y yo también inicio la frenada de emergencia (tal vez tarde). Me dio tiempo a decidir (en ese momento las cosas pasan a cámara lenta).... darme contra el camión que se iba metiendo, la moto del lobito, o el coche que venía casi al lado detrás de mi y que vi por el retrovisor (era gris, me dio tiempo a verlo claramente). Elegí darme con la moto, claro. El hueco entre la street glide y el camión era jodidamente estrecho. Toqué con la defensa izquierda contra el escape y la maleta derecha de Lobezno, y luego ya.... encomendados a la suerte. El impacto sería a unos 70-80 km/h (creo yo... no tengo ni idea). La moto volcó hacia su derecha y salimos volando. Perico se dio contra el lateral del camión y yo caí al lado de las ruedas. Os juro que los putos tres ejes me pasaron a 30 centímetros. Resbalamos unos metros y quedamos sobre el asfalto. Esos primeros segundos son jodidísimos, porque crees que va a pillarte el siguiente coche y no puedes moverte. Pero no pasó más.
La gente inmediatamente se interesó por nosotros. Nos atendieron con un cariño y una preocupación infinitas (recuerdo a una chica que estuvo acariciándome un cuarto de hora mientras su marido me quitaba el sol), y curiosamente, a pesar del impacto visual de ver como quedó la electra y de estar todo el equipaje desperdigado por decenas de metros, sin entrar en pánico. Tras unos 20 minutos llegaron las ambulancias, revisión general, nos cortaron las camisetas (yo llevaba una de Bruce Dickinson muy guapa...), collarín y nos llevaron hacia el hospital de Mérida. Un montón de placas y pruebas. Todo bién. A las 8 de la tarde volvimos hacia casa.
Hace un par de semanas mi señora se decidió a empezar a rodar de vez en cuando y la regalé el equipamiento. Por alguna extraña razón, tras buscar y comprar, me entro el pensamiento de que yo solía rodar poco equipado. Ya sabéis casco abierto... en camiseta si hace calorcito... esas cosas que hacemos.... La pasada semana encargué una chupa de cuero perforado buena, y un Shoei NXR brigand (por cierto y lamentablemente probado, un casco espectacular). La sutil insistencia de Jesss, que en su BMW siempre va perfectamente equipado también hizo mella en mi subconsciente, supongo. El día del accidente estaba bien equipado. Los raspones en la chaqueta y el golpe y arrastrón, exactamente en la parte de la mandíbula, nariz y frente del casco me han dado la razón. Paso de dar sermones, es sólo un apunte para invitar a la reflexión. Es acojonante rodar en camiseta y con el viento en la cara, lo tengo claro. Aunque no volveré a sentirlo.
Pero el motivo principal de este hilo no es relataros el accidente, es contar y agradecer de corazón (de corazón de verdad) la respuesta de Lobeznoant. Él mantuvo su moto derecha a pesar de la embestida e inmediatamente después del golpe tomó las riendas de la situación con una templanza y seguridad sencillamente abrumadoras. Tranquilizó a la gente, hizo lo propio con Perico y conmigo. Levantó la moto (con ayuda de otros viajeros) recogió todos y cada uno de los enseres que llevábamos en las reventadas maletas y tourpak. Avisó al seguro y a la grúa (de su moto y de la mía), las montó en las grúas. Hablo con la Guardia Civil y les explicó pormenorizadamente todo el accidente. Se fue a coger un coche de alquiler y nos llevó las cosas hasta el hospital, en el que estuvo toda la tarde hasta que Perico (que fue el último por unos análisis de orina al tener el golpe en la zona) fue dado de alta. Allí, con buen humor, alentándonos y quitando hierro al asunto, mientras yo no podía quitarme las ruedas del camión de la cabeza.
Gracias lobito, en esos momentos se demuestra la talla de las personas, y has demostrado que tu 1,90 se queda muy pequeño con tu talla personal, gracias de verdad.
Mis suegros, que viven cerca, también acudieron pronto, con ropa, bocadillos y el susto en el cuerpo. Después de que nos soltaron, palizón para llevar a Perico hasta su casa en Salamanca y después dejarme a mi en Ávila. Nos metimos en su coche como dos auténticos calamares, sin nada grave pero como si nos hubiera atropellado un Vitorino en Pamplona. Merecen un agradecimiento especial, porque que el impresentable que se ha llevado a su hija les de estos sustos no es muy justo, que digamos.
Mi moto quedó reventada por los 4 costados ya que luego dio una vuelta y cayó del otro lado y arrastró bastante, afortunadamente está a todo riesgo, veremos si no me la dan siniestro. La de Lobezno tiene una buena panfa en la parte trasera derecha (escape, maleta, defensa de la maleta.....)
Tras esto, y de que Lobezno avisara a los que nos esperaban en Faro el aluvión de compañerismo motero ha sido arrollador. Es imposible agradeceros a todos las muestras de cariño, quiero mencionar a todo el KMZ que ha estado muy pendiente de nosotros, y particularmente como os imaginaréis a mis compañeros de ruta habituales, Avazma, Derbi, Diablo y Sanse que, casi diría, lo han vivido como algo suyo. Afortunadamente las consecuencias no han sido mayores de las que una caída por unas escaleras puede generar, aunque las circunstancias no han sido las mismas, claro está.
Cuidado ahí fuera compañeros. Cuidado.
Birras!
Muchos ya lo sabéis, pero quiero compartirlo aquí para todos. El pasado jueves camino de Faro tuve un accidente con la moto. Un accidente serio, no una caída.
Gracias a la suerte, las consecuencias han sido leves, incluso más leves que las que provoca una quedada con el Chicha y su licor de plátano o que las que deja Tazman cuando viene con ganas de tomar cervezas. Un par de erosiones sin importancia, un hematoma del tamaño del Benelux en el brazo derecho, y un esguince (fuerte, con su férula y todo) en el pié izquierdo han sido el saldo. Perico, al que muchos conocéis, y que iba de paquete, ha quedado parecido, algunos hematomas y un golpe fuerte en la cadera, afortunadamente sin fracturas ni fisuras.
El golpe fue por un cúmulo de circunstancias, inevitables. No podemos echar la culpa al 100% a nadie. Íbamos por la A5 un poco antes de Mérida, rodando a ritmo de autovía, Lobeznoant en su SG y yo detrás. En zig-zag y a unos 120 km/h. Habíamos salido así desde Madrid a las 9:15 o así. En un momento dado, hay un accidente unos km más adelante de donde nos llegábamos. Cuando llegamos cerca del punto del siniestro previo (en el que había un coche con las ruedas hacia arriba en el carril derecho), se produce el famoso efecto acordeón. Nosotros íbamos por el carril de la izquierda en ese momento y un trailer que iba paralelo a Lobeznoant en lugar de frenar empieza a meterse hacia la izquierda para evitar la aglomeración, Lobezno frena muy fuerte y yo también inicio la frenada de emergencia (tal vez tarde). Me dio tiempo a decidir (en ese momento las cosas pasan a cámara lenta).... darme contra el camión que se iba metiendo, la moto del lobito, o el coche que venía casi al lado detrás de mi y que vi por el retrovisor (era gris, me dio tiempo a verlo claramente). Elegí darme con la moto, claro. El hueco entre la street glide y el camión era jodidamente estrecho. Toqué con la defensa izquierda contra el escape y la maleta derecha de Lobezno, y luego ya.... encomendados a la suerte. El impacto sería a unos 70-80 km/h (creo yo... no tengo ni idea). La moto volcó hacia su derecha y salimos volando. Perico se dio contra el lateral del camión y yo caí al lado de las ruedas. Os juro que los putos tres ejes me pasaron a 30 centímetros. Resbalamos unos metros y quedamos sobre el asfalto. Esos primeros segundos son jodidísimos, porque crees que va a pillarte el siguiente coche y no puedes moverte. Pero no pasó más.
La gente inmediatamente se interesó por nosotros. Nos atendieron con un cariño y una preocupación infinitas (recuerdo a una chica que estuvo acariciándome un cuarto de hora mientras su marido me quitaba el sol), y curiosamente, a pesar del impacto visual de ver como quedó la electra y de estar todo el equipaje desperdigado por decenas de metros, sin entrar en pánico. Tras unos 20 minutos llegaron las ambulancias, revisión general, nos cortaron las camisetas (yo llevaba una de Bruce Dickinson muy guapa...), collarín y nos llevaron hacia el hospital de Mérida. Un montón de placas y pruebas. Todo bién. A las 8 de la tarde volvimos hacia casa.
Hace un par de semanas mi señora se decidió a empezar a rodar de vez en cuando y la regalé el equipamiento. Por alguna extraña razón, tras buscar y comprar, me entro el pensamiento de que yo solía rodar poco equipado. Ya sabéis casco abierto... en camiseta si hace calorcito... esas cosas que hacemos.... La pasada semana encargué una chupa de cuero perforado buena, y un Shoei NXR brigand (por cierto y lamentablemente probado, un casco espectacular). La sutil insistencia de Jesss, que en su BMW siempre va perfectamente equipado también hizo mella en mi subconsciente, supongo. El día del accidente estaba bien equipado. Los raspones en la chaqueta y el golpe y arrastrón, exactamente en la parte de la mandíbula, nariz y frente del casco me han dado la razón. Paso de dar sermones, es sólo un apunte para invitar a la reflexión. Es acojonante rodar en camiseta y con el viento en la cara, lo tengo claro. Aunque no volveré a sentirlo.
Pero el motivo principal de este hilo no es relataros el accidente, es contar y agradecer de corazón (de corazón de verdad) la respuesta de Lobeznoant. Él mantuvo su moto derecha a pesar de la embestida e inmediatamente después del golpe tomó las riendas de la situación con una templanza y seguridad sencillamente abrumadoras. Tranquilizó a la gente, hizo lo propio con Perico y conmigo. Levantó la moto (con ayuda de otros viajeros) recogió todos y cada uno de los enseres que llevábamos en las reventadas maletas y tourpak. Avisó al seguro y a la grúa (de su moto y de la mía), las montó en las grúas. Hablo con la Guardia Civil y les explicó pormenorizadamente todo el accidente. Se fue a coger un coche de alquiler y nos llevó las cosas hasta el hospital, en el que estuvo toda la tarde hasta que Perico (que fue el último por unos análisis de orina al tener el golpe en la zona) fue dado de alta. Allí, con buen humor, alentándonos y quitando hierro al asunto, mientras yo no podía quitarme las ruedas del camión de la cabeza.
Gracias lobito, en esos momentos se demuestra la talla de las personas, y has demostrado que tu 1,90 se queda muy pequeño con tu talla personal, gracias de verdad.
Mis suegros, que viven cerca, también acudieron pronto, con ropa, bocadillos y el susto en el cuerpo. Después de que nos soltaron, palizón para llevar a Perico hasta su casa en Salamanca y después dejarme a mi en Ávila. Nos metimos en su coche como dos auténticos calamares, sin nada grave pero como si nos hubiera atropellado un Vitorino en Pamplona. Merecen un agradecimiento especial, porque que el impresentable que se ha llevado a su hija les de estos sustos no es muy justo, que digamos.
Mi moto quedó reventada por los 4 costados ya que luego dio una vuelta y cayó del otro lado y arrastró bastante, afortunadamente está a todo riesgo, veremos si no me la dan siniestro. La de Lobezno tiene una buena panfa en la parte trasera derecha (escape, maleta, defensa de la maleta.....)
Tras esto, y de que Lobezno avisara a los que nos esperaban en Faro el aluvión de compañerismo motero ha sido arrollador. Es imposible agradeceros a todos las muestras de cariño, quiero mencionar a todo el KMZ que ha estado muy pendiente de nosotros, y particularmente como os imaginaréis a mis compañeros de ruta habituales, Avazma, Derbi, Diablo y Sanse que, casi diría, lo han vivido como algo suyo. Afortunadamente las consecuencias no han sido mayores de las que una caída por unas escaleras puede generar, aunque las circunstancias no han sido las mismas, claro está.
Cuidado ahí fuera compañeros. Cuidado.
Birras!
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