Bueno, creo que el hilo es suficientemente largo y sirve muy bien como muestra.
No se trataba de comprobar cuánto saben unos y otros, ni nada por estilo, se trataba de ver en dónde estáis situados: tenemos que empezar por saber adónde miramos, y debo decir, para sorpresa de unos cuantos entre los que me incluyo, que una abrumadora mayoría va muy bien encaminada.
¡Caramba con los harlystas!
Daremos la solución, pero antes de hacerlo, quiero comentaros que siempre hago esta misma pregunta, prácticamente, al empezar cada curso, y os puedo asegurar que entre un cuarto y un tercio de los alumnos no optan por el punto correcto. Me reponden que no lo saben, que nunca se han parado a pensarlo o que miran al centro, al punto B. Otros, que es lo peor, dicen, además con total seguridad, que miran siempre al A y, por si fuera poco, se quedan muy sorprendidos cuando les digo que nunca nunca deben de mirar ese punto que está en el exterior de la curva.
Efectivamente, se debe de mirar al C.
Pero para captar mejor todo el concepto, creo que no debemos hablar de mirar, sino de apuntar. Sí, de tomar nuestra mirada como si fuese el punto de mira de un arma (disculpad el belicismo) y colocarlo sobre el interior de la curva, incluso sobre el ápice, si es que se divisa al entrar.
Entre la moto y el motorista se establece una magnífica simbiosis que es, ni más ni menos, lo que nos apasiona a todos, absolutamente a todos los que montamos sobre una moto, sea cual sea. Esa simbiosis se compone de dos partes, de dos mundos:
Un mundo de percepción, que podremos ver en otro momento, si es que antes no me habéis mandado al cuerno por plasta. Pero que podemos anticipar que está basado en toda la información que nos transmite la moto. Cuanto más capaces seamos, primero de captarla y luego de interpretarla, mejor sabremos movernos en el segundo mundo.
Un segundo mundo de sincronía: La moto está preparada para percibir nuestras órdenes, para reaccionar a los movimientos de nuestro cuerpo. El paradigma de esa sincronía se encuentra en la que se establece entre el piloto y la máquina de carreras. Se dice de una moto de carreras, o simplemente de una buena deportiva, que lee el pensamiento. Cualquier gesto de un músculo, por imperceptible que nos parezca, es interpretado por la moto con una maniobra. MIramos al ápice de la curva y al instante siguiente estamos sobre él sin, aparentemente, haber hecho nada.
Evidentemente, la mayoría de las Harleys están en el otro extremo de estos dos mundos: son, probablemente, las motos que menos transmiten, y casi con toda seguridad sus maniobras son las que menor sincronía establecen con los movimientos de su harlysta. Sin embargo, no dejan de ser motos, y a su manera también nos transmiten información y, dentro de sus formas y pesos, también captan e interpretan los movimientos de nuestro cuerpo. Repito: Son motos, y como tales viven también, como todas las demás, dentro de esos dos mundos.
Por último, respecto al señor que se va al campo, (punto PC, creo que le ha llamado): Si le ocurre eso con un chasis sportster, que es el más convencional de Harley, prácticamente una naked clásica, es porque tiene un serio problema de orientación al encarar cada curva. Sólo es cuestión de poner mucha atención, de fijar el punto de mira en el interior, en el que hemos marcado como punto "C".
Pdata. Los que me conocen han hecho trampa. En el próximo ejercicio que ya estoy preparando, no vale soplar la solución y encima con explicaciones, sólo una respuesta y nada más. Ten amigos para esto.