cuarta parte
Frenar durante la tumbada.
Aunque se debe de ajustar la velocidad, antes de entrar en la curva, en ocasiones necesitaremos emplear los frenos en plena tumbada, bien porque se ha entrado con excesiva velocidad, bien por encontrar un obstáculo.
El problema de la frenada durante la tumbada, es que los neumáticos están apoyando uno de sus laterales en el asfalto, es decir, es un apoyo asimétrico y, sobre ellos, están actuando unas fuerzas laterales muy importantes (Fig. 6). La moto se mantiene en la trazada, debido a la adherencia de las gomas y a la inercia de rodadura. Un equilibrio delicado, que la frenada puede alterar de manera peligrosa.
Fig. 6: Durante la tumbada, los neumáticos sufren una fuerte carga lateral, que alcanza su máxima expresión justo antes de la aceleración.
Cuando se acciona el freno delantero, la carga sobre el tren anterior aumenta y, en correspondencia, también lo hace la fuerza lateral que está actuando sobre él, poniendo en peligro su adherencia al asfalto (Fig. 7). La descarga de peso que sufre la rueda trasera, tampoco favorece su adhesión a la carretera, propiciando también que derrape.
Por otro lado, como consecuencia de la acción del freno, la retención que está ejerciendo el lateral del neumático sobre la moto actúa de manera asimétrica sobre la rueda, con lo que esta tiende a girar hacia el interior de la curva (Fig. 8). Es decir, es un movimiento del manillar en sentido inverso al que se emplea para iniciar la tumbada (ver el efecto del contramanillar en el siguiente capítulo). La consecuencia es que la moto tiende a levantarse y, por consiguiente, a perder trayectoria, con el peligro de hacernos un recto, invadiendo el carril contrario, en las curvas a derechas, o salir del asfalto, en las curvas a izquierdas.
Cuando se acciona el freno trasero, la moto baja de atrás, la rueda se pega más al asfalto, y el tren anterior no sufre tanta sobrecarga. Esto, unido a la retención asimétrica que el freno ejerce sobre el neumático, facilita que la moto cierre más la trazada y, por consiguiente, se la pueda meter más en la curva. Pero también provoca un aumento de su fuerza lateral, con lo que si se emplea con poco tacto, puede descompensar la adherencia de la rueda.
Por tanto y resumiendo, los efectos de ambos frenos, divergen en las curvas:
Fig. 7: El neumático recibe la carga de la frenada de forma asimétrica (flecha verde), aumentando su carga lateral (flecha roja).
Fig. 8;
La asimetría de la carga sobre el neumático, y la retención que realiza el freno sobre la rueda, provocan un giro del manillar en el sentido del giro. 1. El freno delantero tiende a que la moto se levante y pierda trazada. 2. El freno trasero, facilita que la moto cierre más el giro.
Estas diferencias, hay que tenerlas en cuenta, según la circunstancia.
Recomendaciones para frenar en tumbada:
1. Realizar la frenada con mucho tacto y reducida al mínimo imprescindible. 2. Emplear solo freno trasero. Como ya se ha comentado, esta es la segunda posibilidad para disminuir un poco la velocidad y facilitar el cerrar más el giro, cuando se ha entrado en curva algo pasado.
Cuando la situación es más grave:
3. Emplear los dos frenos. De nuevo hay que recordar que es necesario mucho "tacto" en la maniobra. Como la moto tenderá a levantarse, hay que mantener o incluso, si es necesario, cerrar más la trazada acentuando el contramanillar.
4. En situaciones desesperadas y si la situación lo permite, es mejor levantar la moto y emplear a fondo los dos frenos, lo que implicará probablemente, invadir el carril contrario o el arcén, cuando no salirse de la calzada.
Ensayar la frenada.
Es importante que el motorista se haga una idea de la capacidad de la frenada de su moto. Una buena manera de saber esto es haciendo pruebas, con prudencia, en una recta de un sitio solitario. Se ponen unas marcas en el sitio de inicio de frenada y en donde queremos parar la máquina. Luego se va probando a distintas velocidades, accionando los frenos de manera independiente y conjunta. Se va apurando cada vez más para ver respuestas. Hay que procurar siempre, en estas pruebas, que la moto no pierda su verticalidad, ya que una derrapada con la moto tumbada es muy peligrosa.
El pasajero en la frenada
Cuando llevamos pasajero/a, notaremos todas las inercias de su masa corporal sobre la moto. Necesitaremos mas tiempo y mas potencia de frenada, por lo que debemos incluirlo en la programación de la maniobra. El pasajero debe de implicarse en el pilotaje y estar siempre atento a los eventos que suceden. Tanto en la frenada, como en la aceleración, debe de anticiparse en la corrección de esas inercias, para no echarse encima del piloto o descolgarse hacia atrás. Al igual que el piloto, la presión de los muslos sobre la moto o las caderas del conductor, junto con el agarre a su cintura, o el apoyo de sus manos sobre el depósito de gasolina, en caso de motos deportivas, le proporcionarán el punto de apoyo al tronco para los movimientos de compensación.