FenixHD
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ETAPA 27. 26 agosto. Baden Baden(48°)-Barcelona(41°). 1205 kms
Y la última etapa, la más larga, 1200 kms. Salí temprano y me lo tomé con calma. Era casi todo autopista, pasaría por Lyon y después dirección Barcelona. Tenía ganas de llegar a casa.El cansancio de todo el viaje era evidente. Un total de 12.809 kms, muchas horas encima de la moto y otras muchas pateando los lugares por donde había pasado.
El día pasó sin más. El tiempo medio nublado ayudó a no tener que soportar temperaturas muy altas. Por mi cabeza fueron desfilando pocoa poco todos los momentos vividos, pero también la ilusión de poder concluir el viaje sin problemas. Eso era lo que me hacía más feliz, no haber tenido que cambiar la ruta prevista por incidencias que pudieran haber surgido en cualquier momento.
Sobre las cinco de la tarde cruzaba la frontera española. Me quedaban poco más de 100 kms para llegar a casa.
Os puedo asegurar que tras pasar La Jonquera, iba dando gritos dentro del casco. Si alguien me hubiese visto u oído, habría pensado que estaba medio loco, pero la emoción que me embargaba era brutal y necesitaba descargar adrenalina. OBJETIVO CONSEGUIDO, ESTABA OTRA VEZ EN CASA. Después de la explosión de júbilo, vino el bajón y alguna lagrimita de felicidad empañó mi mejilla. Habré pasado cientos de veces por ese tramo de autopista, pero creo que nunca lo había hecho a esa velocidad, no pasé de 90kms/h. Quería sentir y disfrutar de los últimos momentos del viaje. En las cercanías del Montseny hice la última parada y como no, con el sol como protagonista.
Sobre las ocho de la tarde entraba en Barcelona. Me encanta viajar, necesito conocer nuevos lugares y destinos que me nutran de cosas nuevas, pero el placer de volver a casa siempre es el mismo, y esta vez aún más después de cuatro semanas fuera. Creo que después del viaje por Europa de un mes de duración que hice con unos amigos con Interrail, cuando acabamos el COU y la selectividad, con 18 añitos, éste era el segundo viaje en el que había pasado más tiempo fuera de casa, y con la particularidad que iba sólo.
En fin, aquí acaba esta historia. Ahora llegan tiempos más de reposo, de dejar un poco apartada la moto, pero también de empezar a pensar en nuevas aventuras para el futuro.
Espero no haberos aburrido en exceso. A los que ya han hecho el viaje, pues qué les voy a contar, pero a los que no lo han hecho, que no duden que es un viaje para marcarse en la agenda en algún momento de nuestras vidas. Yo no sé si algún día volveré por esas latitudes, quizás cuando me retire, y para eso aún falta mucho, pero lo que sí sé es que lo vivido quedará para siempre dentro de mí como una de las mejores experiencias que he podido disfrutar en mucho tiempo.
Dar las gracias a los que publican sus crónicas, porque yo también me he nutrido de esa información para preparar el viaje, y siempre es de utilidad conocer las experiencias de otros para enfocar mejor las zonas a conocer.
Un saludo y hasta la próxima.
Y la última etapa, la más larga, 1200 kms. Salí temprano y me lo tomé con calma. Era casi todo autopista, pasaría por Lyon y después dirección Barcelona. Tenía ganas de llegar a casa.El cansancio de todo el viaje era evidente. Un total de 12.809 kms, muchas horas encima de la moto y otras muchas pateando los lugares por donde había pasado.
El día pasó sin más. El tiempo medio nublado ayudó a no tener que soportar temperaturas muy altas. Por mi cabeza fueron desfilando pocoa poco todos los momentos vividos, pero también la ilusión de poder concluir el viaje sin problemas. Eso era lo que me hacía más feliz, no haber tenido que cambiar la ruta prevista por incidencias que pudieran haber surgido en cualquier momento.
Sobre las cinco de la tarde cruzaba la frontera española. Me quedaban poco más de 100 kms para llegar a casa.
Os puedo asegurar que tras pasar La Jonquera, iba dando gritos dentro del casco. Si alguien me hubiese visto u oído, habría pensado que estaba medio loco, pero la emoción que me embargaba era brutal y necesitaba descargar adrenalina. OBJETIVO CONSEGUIDO, ESTABA OTRA VEZ EN CASA. Después de la explosión de júbilo, vino el bajón y alguna lagrimita de felicidad empañó mi mejilla. Habré pasado cientos de veces por ese tramo de autopista, pero creo que nunca lo había hecho a esa velocidad, no pasé de 90kms/h. Quería sentir y disfrutar de los últimos momentos del viaje. En las cercanías del Montseny hice la última parada y como no, con el sol como protagonista.
Sobre las ocho de la tarde entraba en Barcelona. Me encanta viajar, necesito conocer nuevos lugares y destinos que me nutran de cosas nuevas, pero el placer de volver a casa siempre es el mismo, y esta vez aún más después de cuatro semanas fuera. Creo que después del viaje por Europa de un mes de duración que hice con unos amigos con Interrail, cuando acabamos el COU y la selectividad, con 18 añitos, éste era el segundo viaje en el que había pasado más tiempo fuera de casa, y con la particularidad que iba sólo.
En fin, aquí acaba esta historia. Ahora llegan tiempos más de reposo, de dejar un poco apartada la moto, pero también de empezar a pensar en nuevas aventuras para el futuro.
Espero no haberos aburrido en exceso. A los que ya han hecho el viaje, pues qué les voy a contar, pero a los que no lo han hecho, que no duden que es un viaje para marcarse en la agenda en algún momento de nuestras vidas. Yo no sé si algún día volveré por esas latitudes, quizás cuando me retire, y para eso aún falta mucho, pero lo que sí sé es que lo vivido quedará para siempre dentro de mí como una de las mejores experiencias que he podido disfrutar en mucho tiempo.
Dar las gracias a los que publican sus crónicas, porque yo también me he nutrido de esa información para preparar el viaje, y siempre es de utilidad conocer las experiencias de otros para enfocar mejor las zonas a conocer.
Un saludo y hasta la próxima.
FÉNIX
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