moriwoki
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Hola a todos.
Sé que no tiene nada que ver con el mundo Harley -aunque tampoco está en su polo opuesto, ni mucho menos, como he escuchado decir a algunos-; pero ya que os presenté la nueva moto, con la ilusión infantil que me ha hecho, y lo bien que muchos acogisteis este acto espontáneo, pues me siento ahora un poco con el compromiso de contaros que este sábado, en Almería, tendrá su bautismo de fuego: Su primera carrera.
Las sensaciones en los entrenamientos, tanto de mi compañero JuanPe como las mías, han sido fantásticas, estamos encantados con el comportamiento en general de la máquina y estamos deseando verlo plasmado en una carrera. No hemos tenido tiempos de referencia porque aún no nos ha llegado el Lap Timer (cronómetro con emisor-receptor) y porque todavía el motor estaba en rodaje (aunque un rodaje de carreras no tiene nada que ver con una de calle).
El Trofeo que hacemos es una especie de Campeonato de España para aficionados..., para aficionados por la punta de allí..., porque luego te encuentras en pista a tipos del CEV, que a mí me vienen muy bien, porque aprendes una barbaridad durante los segundos o el minuto que llegas a rodar detrás de ellos; aunque llegues a sentir el vacío de su rebufo cuando te pasan. Se trata de carreras con buena parte de velocidad y un poco de resistencia (hora y media) en las que se participa en equipos de dos pilotos.
En fin, dejando al margen los detalles, la cuestión es que, aunque no os lo creáis, me he acordado de mis amigos de Harley en algunos momentos mientras he rodado ahora con la nueva moto en pista. Me he acordado de sus cervezas y de sus estrambóticos atuendos mientras veía el mundo en perpendicular a mi paso; me he acordado de sus parches y de sus chapas, cuando los carteles de final de recta se me echaban encima como en la pista de un aeropuerto; me he acordado del ritmo estoico de mis amigos harlystas y sobre todo de su calma, de su calma para todo, precisamente cuando sentía completamente inclinado cómo una aceleración brutal me daba un empellón en el trasero para catapultarme al hiperespacio. Sí, aunque parezca mentira, me he acordado de mis amigos de Harley en momentos así, porque el concepto "motorista" no sólo es universal, sino que estoy convencido de que dentro de todos nosotros guarda exactamente la misma esencia. Por eso me habéis venido a la mente en momentos tan peculiares de concentración.
Este sábado, estoy seguro de que entre vuelta y vuelta, cuando ande peleándome con mis otros amigos, los pilotos, disputando una frenada, metiendo dos motos por donde sólo cabe una bicicleta; o, mejor aun, segundos antes de la salida, cuando me encuentre enfrente, a doce metros de la KTM (es al estilo Le Mans), en posición de atleta y apunto de arrancarme corriendo para cruzar la pista yendo a por ella como un Vitorino, me acordaré de mis amigos de Harley y, aunque no soy ni torero ni taurino, después les brindaré una pasada, un adelantamiento, que, digo yo, tendrá que haber alguno.
El sábado a las 2 me acordaré de vosotros.
Sé que no tiene nada que ver con el mundo Harley -aunque tampoco está en su polo opuesto, ni mucho menos, como he escuchado decir a algunos-; pero ya que os presenté la nueva moto, con la ilusión infantil que me ha hecho, y lo bien que muchos acogisteis este acto espontáneo, pues me siento ahora un poco con el compromiso de contaros que este sábado, en Almería, tendrá su bautismo de fuego: Su primera carrera.
Las sensaciones en los entrenamientos, tanto de mi compañero JuanPe como las mías, han sido fantásticas, estamos encantados con el comportamiento en general de la máquina y estamos deseando verlo plasmado en una carrera. No hemos tenido tiempos de referencia porque aún no nos ha llegado el Lap Timer (cronómetro con emisor-receptor) y porque todavía el motor estaba en rodaje (aunque un rodaje de carreras no tiene nada que ver con una de calle).
El Trofeo que hacemos es una especie de Campeonato de España para aficionados..., para aficionados por la punta de allí..., porque luego te encuentras en pista a tipos del CEV, que a mí me vienen muy bien, porque aprendes una barbaridad durante los segundos o el minuto que llegas a rodar detrás de ellos; aunque llegues a sentir el vacío de su rebufo cuando te pasan. Se trata de carreras con buena parte de velocidad y un poco de resistencia (hora y media) en las que se participa en equipos de dos pilotos.
En fin, dejando al margen los detalles, la cuestión es que, aunque no os lo creáis, me he acordado de mis amigos de Harley en algunos momentos mientras he rodado ahora con la nueva moto en pista. Me he acordado de sus cervezas y de sus estrambóticos atuendos mientras veía el mundo en perpendicular a mi paso; me he acordado de sus parches y de sus chapas, cuando los carteles de final de recta se me echaban encima como en la pista de un aeropuerto; me he acordado del ritmo estoico de mis amigos harlystas y sobre todo de su calma, de su calma para todo, precisamente cuando sentía completamente inclinado cómo una aceleración brutal me daba un empellón en el trasero para catapultarme al hiperespacio. Sí, aunque parezca mentira, me he acordado de mis amigos de Harley en momentos así, porque el concepto "motorista" no sólo es universal, sino que estoy convencido de que dentro de todos nosotros guarda exactamente la misma esencia. Por eso me habéis venido a la mente en momentos tan peculiares de concentración.
Este sábado, estoy seguro de que entre vuelta y vuelta, cuando ande peleándome con mis otros amigos, los pilotos, disputando una frenada, metiendo dos motos por donde sólo cabe una bicicleta; o, mejor aun, segundos antes de la salida, cuando me encuentre enfrente, a doce metros de la KTM (es al estilo Le Mans), en posición de atleta y apunto de arrancarme corriendo para cruzar la pista yendo a por ella como un Vitorino, me acordaré de mis amigos de Harley y, aunque no soy ni torero ni taurino, después les brindaré una pasada, un adelantamiento, que, digo yo, tendrá que haber alguno.
El sábado a las 2 me acordaré de vosotros.