moriwoki
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(.... viene de la 1ª parte: http://www.foroharley.com/f12/prueba-xr-1200-x-primera-parte-10442/ )
Llego a la ciudad, engañosamente pacífica a esas horas, y alcanzo la avenida principal del barrio. Cansado y ya con la mente apartada de la prueba, se presenta ante mí una rotonda colosal, impoluta y alfombrada con un asfalto reciente y de sugerente granulado. Solitaria, desierta ante mí, incitaba el alma de un quemado como la muleta al Vitorino. Pero en el momento en el que la inercia iba a lanzarme a bocajarro, la moto, con esa inclasificable posición suya, me envió un mensaje subliminal: la sugerencia de clavar el freno trasero y cruzarla al borde mismo de la circunferencia. Las autoridades, la corrección política, que resulta ser la más férrea de las censuras, y la propia conciencia impiden hacer derrapar voluntariamente la moto en la vía pública.
No lo hice.
Sin embargo, aquel mensaje natural me reveló la verdadera esencia que encierra esta moto y que creo que no debemos olvidar. Parezco estúpido, me dije, es una moto nacida del dirt track, concebida para ser la reina del derrape. Hablamos de derrapadas interminables y uniformes por encima de los 160 por hora, que nada tienen que ver con el Supermotard. Hay que asimilar lo que es ir completamente cruzado a lo largo de 400 metros por encima de 160: Una derrapada de 11 segundos. Once segundos seguidos derrapando, y después de 11 segundos de respiro, vuelta a otros 11 de derrapada. En ése ambiente se engendró la XR.
Evidentemente, esto no significa que Harley ponga a la venta este modelo para que sus usuarios vayan permanentemente atravesados por las curvas de las carreteras de montaña; pero la cuestión es que, una vez captado el mensaje de aquella rotonda, puse en escena algo de autosugestión y me hice creer a mí mismo que en cada curva que hacía con esta moto estaba derrapando. La pierna del lado de la curva sólo ligeramente abierta, con el pie sin dejar la estribera, claro; la cintura tirada hacia el interior y el tronco ligeramente girado hacia ese lado, un tanto contrahecho.
Todo funcionó.
A partir de ese momento la XR-1200-X y un servidor nos entendimos a la perfección, descubriendo, cuando por fin nos internamos en las carreteras de La Sierra, que esta representante civilizada del dirt track es un modelo divertido, muy divertido. Echas la moto hacia el interior, cuando aún vas recto, y te tiras a buscar el ápice pisando con deseo la estribera exterior, como si la rueda trasera se estuviera atravesando realmente, y es entonces cuando la máquina va sobre una trayectoria milimétricamente medida, transmitiendo una excitante sensación de control, de dominio. La XR cambia de dirección a la siguiente curva y acompasa el baile siempre que te prepares para el próximo derrape imaginario. En medio de esos cambios de dirección, el alegre tirón del motor incita a una danza demoníaca. Reconozco que durante el tránsito por la Sierra me dejé llevar en más de una ocasión por un exultante entusiasmo y la electrónica me dio varios de sus avisos más serios cortando en seco mi euforia.
Poco a poco fui descubriendo la impecable -y supongo que sorprendente para un harleysta- frenada que Brembo, con un conjunto que incluye discos flotantes, ha diseñado para esta versión equis de la XR. Lo mismo cabe decir del sistema nipón de amortiguación, en el que da la impresión de que Showa ha trabajado a fondo, no sólo su funcionalidad, sino también su estética para no romper la artística armonía del conjunto (llegado a este punto, uno se pregunta cómo describir la belleza de unos amortiguadores).
Hubo un tramo de asfalto rizado en el que el tren trasero mostró cierta flaqueza. No pude evitar prejuzgar entonces y achacarla al sistema de doble amortiguador que tan deficientes recuerdos grabó en mi memoria en el pasado. Sin embargo, bastó endurecer la precarga para que la rueda trasera copiara el terreno al milímetro.
Esta moto se tiene, se aguanta muy bien en curvas rápidas y permite inclinaciones realmente pronunciadas, que te llevan a rozar los avisadores tal vez con más frecuencia de la que desearías. Tan sólo reseñar un punto de inquietud en la sensación de ligereza que transmite la dirección al girar en marcha, algo que de ninguna manera se traduce en un shimi cuando fuerzas el límite.
Imagino que cualquier propietario habitual de la marca se sorprenderá con este modelo que te pide abrir el gas para lanzarte a ligar una curva con otra, y si es posible subir de marcha entre medias, mucho mejor, excelente. Ciertamente tenía que hacer un esfuerzo de retención para ir a ritmo de paseo o de desfile, como suele ser habitual en otras Harley Davison, y sustraerse de la tentación y las provocaciones del motor para abrir gas y dejarte invadir por el vibrante sonido de la admisión y esa magnífica sensación, que hemos mencionado antes, de ir subido en una moto de siempre.
Pegas:
1.-Entendemos que por la inspiración del Dirk track se sacrifiquen ciertos detalles, pero, tal vez pecando de ignorante, me he llevado una verdadera sorpresa al encontrar elementos de plástico en una Harley. Uno de ellos casi pasa desapercibido, son las cazoletas de los intermitentes traseros. Sin embargo el otro que descubrí es mucho más voluminoso y tiene, además, mayor protagonismo por su ubicación. Mi incredulidad me hizo repasar una y otra vez su superficie e incluso confirmarlo con algún compañero. Hablo del depósito. Sí, el depósito de combustible de esta XR 1200-X es de plástico. No pienso que lo justifique la pretensión de rebajar peso en una moto que desplaza un cuarto de tonelada en vacío.
2.- Ya había escuchado quejarse a más de un usuario adicto a su estilo de que la casa de Milwaukee se estira menos que el portero de un futbolín –la frase no me la atribuyo, es de él-, que las motos se entregan de serie con un equipamiento mínimo, y que a veces ni eso; me hablan de una carencia que abre una interminable y pormenorizada lista de extras.
Harley Davison puede declarar –se me antoja- que se trata de una fórmula para contener el precio de sus motos y hacerlas asequibles a un grupo más amplio de posibles clientes. Sin embargo pienso que eso no justifica la venta de esta XR 1200-X con un tapón de combustible sin llave. No quiero ni pensar en las fechorías que se le podrían ocurrir a algún desalmado envidioso, enfermo del peor de los pecados, si conociese este detalle.
Epílogo:
Declaro abiertamente que ésta es la primera Harley Davison que pruebo. Siempre he admirado la belleza de sus modelos, recreándome en muchas ocasiones al contemplarlos, y siempre respetando su emblema; pero por circunstancias meramente casuales, nunca había subido en uno de estos cerdos de Milwaukee, y a partir de esta experiencia se ha despertado dentro de mí el deseo de probar y de dejarme embaucar por la magia innegable que despliega esta marca con cada uno de sus modelos.
Espero, por otra parte, que el lector sepa disculpar la exaltación lírica plasmada en algún párrafo de este texto, pienso que lo comprenderá cuando se dé cuenta de que una Harley, además de evocar con sus formas y con su movimiento las artes plásticas, también inspira a la literatura.
La XR-1200-X, una obra artística que invita a la diversión más excitante.
FICHA TÉCNICA
Motor. V-Twin a 45º, refrigerado por aire. Evolution.
Cilindrada. 1202 cc.
Potencia. 90 CV a 7.000 r.p.m.
Diámetro x carrera. 88,9 x 96,8
Par motor. 100 Nm a 3.700 r.p.m.
Relación de compresión. 10:1
Alimentación. Inyección electrónica ESPFI.
Cambio: 5 relaciones.
Embrague. Multidisco en baño de aceite.
Suspensión
Delantera. Horquilla ajustable invertida Showa. Recorrido 125 mm. Barras de 43mm.
Trasera. Doble amortiguador ajustable en compresión, extensión y precarga con 89 mm de recorrido.
Freno delantero. Doble disco flotante de 292 mm con pinzas de 4 pistones.
Freno trasero. Disco flotante de 260 mm con pinza de un pistón.
Neumático delantero. 120/70 R18.
Neumático trasero. 180/55 R-17.
Distancia entre ejes. 1.515 mm.
Capacidad del depósito. 13,3 litros.
Altura del asiento. 795 mm.
Peso. 250 kg en seco.
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