Cuando cojo la 883 R de mi hermano, yo que estoy acostumbrado a mi Drag Star, es otro mundo. La moto es ruda, vibra, ciertamente al principio te pegas en las piernas con los estribos (a eso te acostumbrarás y acabarás por no pegarte, es cuestión de práctica), si, tiene su carácter. Pero... no se, tiene un algo especial que te engancha. Puede que no sea tan suave y sencilla de conducir como mi Drag, y reconozco que no me pillaría la Roadster para mi (prefiero la Custom o la Low), pero la moto es una pequeña maravilla.
En cuanto al consumo, ahí la Drag si que le gana por goleada, aunque depende de lo que le des al mango. En ciudad traga como las mejores actrices porno, y eso en el caso del depósito peanut de la Roadster es jodido, porque no hace más de 115 o 120 kilómetros hasta que salte el testigo. Pero en carretera y a paso tranquilo, a la Roadster le sacó mi hermano algo más de 200 km. con un depósito en un viaje a Toledo, que no está nada de mal.
Pero vamos, que con las motos, todo es acostumbrarse a ellas. Todas tienen un detalle especial, un algo diferente, algo que las caracteriza. Que cada una tiene su propia personalidad, vamos.
Ah, que se me olvidaba. Cambia las colas, la moto directamente no suena sin ellas. La de mi hermano salió del concesionario con las colas S&S y la centralita un pelín vitaminada, ya me entendéis... así se rodó y sin problemas hasta la fecha, salvo una fuga de aceite por una tapa de balancines resuelta en garantía.
Suerte con ella y que la disfrutes.