Los primeros los copió en pergamino, a mano, en una abadía benedictina, la abadía Sacra de San Michele. Estaba ahí copiando hasta que a los monjes se les empezó a poner el dedo y la lengua negra. Luego llegó Guillermo de Baskerville y tras una ardua investigación descubrió que el sótano de la abadía estaba conectado con el sótano de la OA justo daba al cuarto oscuro. Guillermo de Baskerville dictaminó que el dedo y la legua negra de los monjes era de puro vicio y tapió el túnel.
Desde entonces lo que pasa en el sótano de la OA, se queda en el sótano de la OA y el hermano bibliotecario tuvo que emigrar al sur del sur.
Eso sí, se llevó todos los manuscritos que pudo y con ellos fue conformando su extensa biblioteca de la que todos y todas disfrutamos
La abadía se quemó después, se puede ver en la película que hicieron años más tarde.
Gracias hermano.