Vaya por delante mi saludo a todos, no suelo intervenir aunque os sigo con regularidad pues tengo un gran amigo en este foro (Grows) que contribuyó a cambiar mi vida radicalmente y llevarme a mi estado actual y hecha esta re-presentación quiero contribuir a este post.
Este post me ha parecido utilisimo y muy bien desarrollado por lo que no tengo nada mas que añadir en el aspecto técnico pero si me gustaría compartir con vosotros un post que, curiosamente, publiqué hace unos días en el foro al que soy asiduo (y al que por respeto a todos vosotros en general y los Moderadores en particular no voy a hacer mención) aunque desde una prespectiva completamente diferente.
Tú eres esa presencia continua a mi espalda…
Eres ese toque descuidado en mi casco cuando chocas con el tuyo…
Eres la mano que me ajusta la chaqueta cuando hace frío…
Eres quien me aprieta la cadera para hacerme sentir que estás conmigo…
Eres el calor humano que siento…
Eres quien sufre en silencio todos y cada uno de los kilómetros que recorremos…
Cada bache…
Cada gota de lluvia…
Cada rayo de sol abrasador…
Respiras el mismo aire que yo…
Sufres y disfrutas lo mismo que yo…
¿Entonces?
¿Por qué te llaman “Paquete”?
¿Por qué no te ven ni te comprenden?
¿Por qué nadie te llama motorista, moter@, biker y todos los epítetos con los que nos identifican?
¿Sabes? Hace tiempo tuve que viajar como tú en la parte de atrás, compartiendo un mínimo espacio con el equipaje, sin poder moverme apenas y sin querer hacerlo para no desestabilizar al piloto, y así kilómetros y kilómetros… Cuando bajé de aquella moto y noté mis piernas entumecidas, mi cuerpo vapuleado exactamente igual que si yo hubiera conducido aquella maquina, cuando noté que el conductor tampoco quita tanto aire como yo pensaba, que no “abriga” como yo suponía pensé que estaba ante otra de las muchas injusticias del mundo de la moto, pensé que esa experiencia me había servido para entender mejor la callada entrega de quien comparte conmigo mi afición, mi forma de entender la vida, y que mientras yo me veía a mi mismo como un centauro de la carretera, como un ser omnipotente a bordo de una maquina poderosa, tu, en tu silencio, en tu sacrificio, vivías con más rigor y con mas sacrificio lo que más me gusta en el mundo: la moto.
Nunca más diré que llevo paquete, tu eres tan motorista como yo y, a veces, más que yo pues tu no sientes el placer de pilotar y, sin embargo, viajas conmigo en silencio, sin pedir nada, nunca más pensaré en ti como esa forma que se dibuja en la sombra de la carretera detrás del “aguerrido motorista” que pilota mi moto, eres mi copiloto, eres mi motorista, eres mi compañera.
Gracias