A los de M&M Castom les llevé una moto gripada. Mi Fat Boy Evolution. 400 km de ida y otros tantos de vuelta gracias a la "recomendación" de otro colega mio alemán que vivia en Talavera y los conocía.
Les dejo la moto. Le cambian medio motor. Voy a por ella. Les pago. Me la traigo a casa. Al dia siguiente salgo de ruta con ella y a los 20 km empieza a tirar aceite por el filtro del aire como si fuese un grifo de cerveza en la oktoberfest. Consigo llegar a casa de milagro. Les llamo. Me dicen que se la lleve. Me cago en su puta madre para entre mí pero acepto a llevarsela otra vez. Otros ochocientos km. Me levanto a las cuatro de la mañana, llego allí a las nueve o así y se lian com ella. Yo mientras dando tumbos por Altea como un imbécil. A ultima hora me dicen que ya la tienen. Hago una prueba por allí y parece que va bien. La subo otra vez al carro y me la traigo a casa. No me cobran nada, evidentemente.
A los dos meses, bajando de As Burgas, a la altura de San Rafael, lo mismo otra vez: aceite brotando a chorros por el filtro del aire. Yo ya no sabía ni lo que hacer. Cagandome en to lo sagrado. Fastidiado y jodido a rabiar. Tirado en medio de la nada. Cerca del tunel de Guadarrama. Echando chispas por las orejas Con un cabreo como nunca en mi vida. Acordandome de todo el linaje teutónico de los dos hermanos castom, de Hitler, de Wagner, de la Merkel y de San Pedren.
Llamo a la grúa y llego a casa montado en una furboneta de Mapfre con la moto atrás.
Vuelvo a llamar a los hermanos castom y me responden en plan borde que la culpa es mia y que algo habré hecho. Que ellos son cojonudos y no fallan nunca. Vacilandome y tirando balones fuera.
Me busco un abogado sacacuartos y me prepara un escrito diciendo que son responsables y que me lo tienen que arreglar. El abogado aprovecha y me sablea. Huele sangre y me cobra doscientos pavos por esa mierda de carta escrita cómodamente desde su despacho y sin hacer ni dos metros de distancia. Se la manda.
Los hermanos castom pasan a la defensiva y llega una carta de su abogado diciendo que vale, que ellos lo arreglan, pero que tengo que ir allí por mis medios y a mi cargo. Yo ya no sabía si ahorcarme de un tobillo, comprar un fusil en el mercado negro o mandarles un sicario.
Finalmente vuelvo allí. Otros ochocientos km. Me la "arreglan" a puñetazos y de mala manera y con muy mala leche. Discutimos. En ese momento, me dieron ganas de pasar al ataque y llevar a cabo lo que tenía pensado hacer en caso de que las cosas se torciesen más de lo que ya estaban. Faltó poco.
Al final la arreglaron, la probé un momentito en la calle. Vi que tenía el tirador del aire mal puesto. Se lo dije. Y el muy cabrón de él, refunfuñando y maldiciendo en alemán, lo colocó a tirones y a manotazos. Les pagué el aceite y algún otro consumible más (no podía escaquearme de pagar eso) y me largué de allí sin mirarles a la cara y escupiendo en la puerta.
La moto mantuvo más o menos el tipo hasta que la vendí un tiempo despues porque yo ya estaba arruinado y una de las cosas que habían contribuido a esa ruina había sido la puta moto.
Fué una temporada jodida.