Viaje por Argelia

Fatman

Member
Tras haber recorrido Marruecos en varias ocasiones decidí viajar a Argelia.
Verano de 2019, somos dos parejas en dos motos, una Electra Ultra y una Road Glide Ultra y vamos a recorrer Argelia desde la frontera de Marruecos hasta la de Túnez. Salimos de Teruel sobre las 16h y llegamos a Alicante sobre las 20h, fuimos a tomar unos pinchos y al hotel a dormir. Al día siguiente embarcamos sobre las 8h, destino Orán. Pasamos todo el día de travesía y qué travesía. Todo el barco lleno de gente tirada por los suelos, abrazados a sus pertenencias, ancianos, niños, todos descalzos, los baños desde la primera hora impracticables, guarrerías a tope, en fin la antesala de lo que nos esperaba. A falta de un par de horas para llegar a Orán, tuvimos que sacar un seguro para circular por Argelia ya que el que llevábamos no servía de nada (creo que sí nos hubiera pasado algo, ese tampoco). Al fin y tras 14h de Ferry llegamos al puerto de Oran. Nada más llegar a tierra fuimos a repostar y primera sorpresa, los dos depósitos, sobre 40 l, tres euros al cambio. Fuimos al hotel, cenamos y a descansar.
Al día siguiente, recorrimos Orán, visitamos una plaza de Toros ( la única del Magreb), de la época de la ocupación española, visitamos el Fuerte de Santa Cruz desde el que se divisa todo el Golfo de Oran, la capilla de nuestra señora de Santa Cruz, la catedral del Sagrado Corazón dedicada a biblioteca y que está en el centro y paseamos por lo más representativo de la ciudad, toda engalanada con fotos enormes de Buteflika, igual que en Marruecos de su Rey Mohamed VI.
Al día siguiente fuimos hasta Tremecén, ciudad bereber cercana a la frontera con Marruecos y donde termina la carretera ya que no se puede cruzar a Marruecos al no tener relaciones diplomáticas ambos países. Es una ciudad con ruinas romanas, otomanas, españolas y francesas. Famosa por sus vinos y aceites. Tras visitar Tremecén regresamos a Orán. Cenamos en el hotel, tomamos unas cervezas en los jardines y a dormir ( Argelia es un país donde de puede beber alcohol aunque hay sitios musulmanes donde no es posible).
Al día siguiente nos fuimos en dirección a Argel adonde llegamos al medio día, tras comer, dirección a Constantina y con destino a Annabba. Llegamos a un pueblo pequeño donde cenamos una harira, sopa picante, un cuscús y un pan exquisito, cena de la que me será difícil de olvidar por lo rica que estaba y por la hospitalidad de nuestros anfitriones, después a dormir.
Al día siguiente nos dirigimos hacia Argel por la costa, pasamos por Jijel, Timizer y otros pueblos. Una travesía para olvidar, unos 400 km nos costaron al rededor de 12 horas. La carretera infernal, el tráfico imposible, cada uno va por dónde le sale de los cojones, adelantan por todos lados, en curvas, por la derecha, la izquierda y si te pones un poco chulo, por encima. Los pueblos que atravesamos eran tercermundistas, al entrar al pueblo al igual que al salir, miles de bolsas de basura que con el calor que hacía os podéis imaginar el olor. Tras varias horas de moto, cansados y deshidratados, llegamos a Bugia, ciudad costera donde comimos unos platos de pescado recién cogido, unas buenas Heineken y todo a un precio ridículo. Tras la comida y un pequeño descanso nos dirigimos a Argel por la Autopista. De este trayecto tengo una anécdota buenísima. Resulta que paramos a repostar en un área de servicio y había un bar musulmán y otro laico, juntos. Nos pedimos una cerveza y nos la tomamos en la calle. A mi me entraron ganas de mear y fui al water. Al entrar veo a mi izquierda una pared por la que bajaba agua y una especie de desagüe de punta a punta. Ya me iba a poner a mear cuando veo salir a un argelino del otro lado del recinto subiéndose la bragueta, miro en ese lado y allí estaban los inodoros, al terminar salgo al primer lugar y allí estaban un mogollón de moros lavándose los pies ya que habían salido del rezo que se hacía en el interior del bar musulman. Si llego a mear allí y me pillan, no estaría escribiendo ahora. La autopista tiene una curiosidad es que tiene tres carriles, el de más a la derecha está petado de furgonetas aparcadas, vendiendo fruta, el del centro, teóricamente para circular y el de la Izquierda para adelantar, bueno es un decir. Otra de las curiosidades de Argelia es su vigilancia extrema. Cada 25 km, la autopista pasa de tres a un carril, ese carril está con un mogollón de policías armados hasta los dientes, unas casetas de obra donde hay militates armados y los pinchos en el suelo, se pasa de uno en uno. Por fin llegamos, ya de noche, al hotel donde nos refrescamos, dejamos las motos, cogimos un coche y nos fuimos a la zona más pija de Argel, el monumento de los franceses, buscamos un Rte. donde cenar, nos tomamos unas cervezas por los lugares de ocio y nos fuimos a dormir.
Al día siguiente fuimos a Tipaza, ciudad con unas ruinas romanas dignas de ver. La mitad de la ciudad está en la superficie pero hay una parte importante bajo el agua que se puede visitar si alquilas un equipo de submarinismo. Comimos una gran mariscada en un Rtte del puerto y tras la comida al puerto de Argel para embarcar y regresar a España.
Si el viaje de ida fue malo el de vuelta, para olvidar. Debíamos embarcar a las 19h, por lo que a las 17,30h ya estábamos en el puerto para pasar los varios controles y registros de todas las maletas de la moto, embarcamos a la 1 de la madrugada, imaginar en la fila, al lado de la moto y sin ningún sitio donde beber nada, solo había máquinas de refrescos y agua. Por fin embarcamos, sujetamos las motos y directos al bar del barco donde nos bebimos tres o cuatro botes de cerveza del tirón. Como curiosidad, nada mas embarcar el dinar argelino ya no tenía valor había que pagar en euros. Un consejo, cuando cambiéis euros por dinares hacer bien las cuentas porque una vez regreséis a España, el dinar no os lo cambiarán ni en los bancos.
En fin, un viaje para olvidar. Al llegar al puerto de Alicante, sobre las 9h, nos retuvieron hasta las 17h en la bocana del puerto. Según nos dijeron porque era un barco argelino y entraban cuando no había tránsito.
Argelia, contraria a Marruecos, no merece la pena visitar. Es un país que está dejado de la mano de Dios, hay mucha mugre, mucha miseria y a la vez mucho lujo. Algo que es difícil de conciliar. Toda la parte financiera de Oran, donde se encuentran las empresas del gas y el petróleo y donde la riqueza, la ostentacion y el despilfarro son difíciles de justificar ya que la mayoría del pueblo vive en la miseria.
 
Buena experiencia, y las motos por la noche cuando ibais a dormir, donde y cómo se quedaban. Vigiladas ??
Lo primero que pienso es por la mañana la moto a desaparecido
 
Buena experiencia, y las motos por la noche cuando ibais a dormir, donde y cómo se quedaban. Vigiladas ??
Lo primero que pienso es por la mañana la moto a desaparecido

La verdad es que ya son ganas de irse al tercer mundo de viaje...puede salirte bien y no pasar nada , hasta que pase (tercer mundo hablando de miseria económica en general de la población y tercer mundo tanto por forma de vida y religión)
 
Tras haber recorrido Marruecos en varias ocasiones decidí viajar a Argelia.
Verano de 2019, somos dos parejas en dos motos, una Electra Ultra y una Road Glide Ultra y vamos a recorrer Argelia desde la frontera de Marruecos hasta la de Túnez. Salimos de Teruel sobre las 16h y llegamos a Alicante sobre las 20h, fuimos a tomar unos pinchos y al hotel a dormir. Al día siguiente embarcamos sobre las 8h, destino Orán. Pasamos todo el día de travesía y qué travesía. Todo el barco lleno de gente tirada por los suelos, abrazados a sus pertenencias, ancianos, niños, todos descalzos, los baños desde la primera hora impracticables, guarrerías a tope, en fin la antesala de lo que nos esperaba. A falta de un par de horas para llegar a Orán, tuvimos que sacar un seguro para circular por Argelia ya que el que llevábamos no servía de nada (creo que sí nos hubiera pasado algo, ese tampoco). Al fin y tras 14h de Ferry llegamos al puerto de Oran. Nada más llegar a tierra fuimos a repostar y primera sorpresa, los dos depósitos, sobre 40 l, tres euros al cambio. Fuimos al hotel, cenamos y a descansar.
Al día siguiente, recorrimos Orán, visitamos una plaza de Toros ( la única del Magreb), de la época de la ocupación española, visitamos el Fuerte de Santa Cruz desde el que se divisa todo el Golfo de Oran, la capilla de nuestra señora de Santa Cruz, la catedral del Sagrado Corazón dedicada a biblioteca y que está en el centro y paseamos por lo más representativo de la ciudad, toda engalanada con fotos enormes de Buteflika, igual que en Marruecos de su Rey Mohamed VI.
Al día siguiente fuimos hasta Tremecén, ciudad bereber cercana a la frontera con Marruecos y donde termina la carretera ya que no se puede cruzar a Marruecos al no tener relaciones diplomáticas ambos países. Es una ciudad con ruinas romanas, otomanas, españolas y francesas. Famosa por sus vinos y aceites. Tras visitar Tremecén regresamos a Orán. Cenamos en el hotel, tomamos unas cervezas en los jardines y a dormir ( Argelia es un país donde de puede beber alcohol aunque hay sitios musulmanes donde no es posible).
Al día siguiente nos fuimos en dirección a Argel adonde llegamos al medio día, tras comer, dirección a Constantina y con destino a Annabba. Llegamos a un pueblo pequeño donde cenamos una harira, sopa picante, un cuscús y un pan exquisito, cena de la que me será difícil de olvidar por lo rica que estaba y por la hospitalidad de nuestros anfitriones, después a dormir.
Al día siguiente nos dirigimos hacia Argel por la costa, pasamos por Jijel, Timizer y otros pueblos. Una travesía para olvidar, unos 400 km nos costaron al rededor de 12 horas. La carretera infernal, el tráfico imposible, cada uno va por dónde le sale de los cojones, adelantan por todos lados, en curvas, por la derecha, la izquierda y si te pones un poco chulo, por encima. Los pueblos que atravesamos eran tercermundistas, al entrar al pueblo al igual que al salir, miles de bolsas de basura que con el calor que hacía os podéis imaginar el olor. Tras varias horas de moto, cansados y deshidratados, llegamos a Bugia, ciudad costera donde comimos unos platos de pescado recién cogido, unas buenas Heineken y todo a un precio ridículo. Tras la comida y un pequeño descanso nos dirigimos a Argel por la Autopista. De este trayecto tengo una anécdota buenísima. Resulta que paramos a repostar en un área de servicio y había un bar musulmán y otro laico, juntos. Nos pedimos una cerveza y nos la tomamos en la calle. A mi me entraron ganas de mear y fui al water. Al entrar veo a mi izquierda una pared por la que bajaba agua y una especie de desagüe de punta a punta. Ya me iba a poner a mear cuando veo salir a un argelino del otro lado del recinto subiéndose la bragueta, miro en ese lado y allí estaban los inodoros, al terminar salgo al primer lugar y allí estaban un mogollón de moros lavándose los pies ya que habían salido del rezo que se hacía en el interior del bar musulman. Si llego a mear allí y me pillan, no estaría escribiendo ahora. La autopista tiene una curiosidad es que tiene tres carriles, el de más a la derecha está petado de furgonetas aparcadas, vendiendo fruta, el del centro, teóricamente para circular y el de la Izquierda para adelantar, bueno es un decir. Otra de las curiosidades de Argelia es su vigilancia extrema. Cada 25 km, la autopista pasa de tres a un carril, ese carril está con un mogollón de policías armados hasta los dientes, unas casetas de obra donde hay militates armados y los pinchos en el suelo, se pasa de uno en uno. Por fin llegamos, ya de noche, al hotel donde nos refrescamos, dejamos las motos, cogimos un coche y nos fuimos a la zona más pija de Argel, el monumento de los franceses, buscamos un Rte. donde cenar, nos tomamos unas cervezas por los lugares de ocio y nos fuimos a dormir.
Al día siguiente fuimos a Tipaza, ciudad con unas ruinas romanas dignas de ver. La mitad de la ciudad está en la superficie pero hay una parte importante bajo el agua que se puede visitar si alquilas un equipo de submarinismo. Comimos una gran mariscada en un Rtte del puerto y tras la comida al puerto de Argel para embarcar y regresar a España.
Si el viaje de ida fue malo el de vuelta, para olvidar. Debíamos embarcar a las 19h, por lo que a las 17,30h ya estábamos en el puerto para pasar los varios controles y registros de todas las maletas de la moto, embarcamos a la 1 de la madrugada, imaginar en la fila, al lado de la moto y sin ningún sitio donde beber nada, solo había máquinas de refrescos y agua. Por fin embarcamos, sujetamos las motos y directos al bar del barco donde nos bebimos tres o cuatro botes de cerveza del tirón. Como curiosidad, nada mas embarcar el dinar argelino ya no tenía valor había que pagar en euros. Un consejo, cuando cambiéis euros por dinares hacer bien las cuentas porque una vez regreséis a España, el dinar no os lo cambiarán ni en los bancos.
En fin, un viaje para olvidar. Al llegar al puerto de Alicante, sobre las 9h, nos retuvieron hasta las 17h en la bocana del puerto. Según nos dijeron porque era un barco argelino y entraban cuando no había tránsito.
Argelia, contraria a Marruecos, no merece la pena visitar. Es un país que está dejado de la mano de Dios, hay mucha mugre, mucha miseria y a la vez mucho lujo. Algo que es difícil de conciliar. Toda la parte financiera de Oran, donde se encuentran las empresas del gas y el petróleo y donde la riqueza, la ostentacion y el despilfarro son difíciles de justificar ya que la mayoría del pueblo vive en la miseria.
Parece que comprendes el tema realmente bien. Creo que le será muy útil a otros también.
 
Atrás
Arriba