Anacleto
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Buenas a todos, Anacleto se presenta desde la tierra del Cierzo y de la nobleza baturra. Después de años sin montar y habiendo pasado a engrosar las filas de la masa sobre cuatro ruedas, recuperar el primer amor casi sin haberlo planeado es como devolver a su lugar algo que nunca debía haberse esfumado con tanta facilidad. Eso sí, la cabeza amueblada y la responsabilidad me dicen que esta vez las cosas deben hacerse bien y perdurar. Y es que la primera vez que navegué sobre el asfalto fue sobre una Sportster 883 del 2006 y eso no se olvida. Tras muchas novias llamadas Vespa, Buell o Yamaha FZR con las que la relación nunca llegaba a buen puerto, el reencuentro con la Sportster, que parecía ya imposible y cosa del pasado me pilló de sorpresa y con otras cosas en la cabeza... Ella ha cambiado, está más vieja (dejémonos de eufemismos), sus papeles marcan de fecha 1992, y también le han engordado un poco las perolas (1200), pero cuando salimos juntos vuelve a ser la misma sensación, esa que esperamos que ya nunca se marchite... Birras