DOC.
Well-Known Member
Ante la eminente llegada de nuestro grupo de entusiastas moteros a Benavente y en compañía de nuestro druida Astérix emprendo la marcha de nuevo hasta tierras castellanas, esta vez al margen derecho de la autovía A-6, esto es dirección Valladolid. Recuerdo que en una primera crónica la ruta fue sobre el margen izquierdo, dirección Ávila / Toro.
Pues bien la ruta es tan aburrida en algunos momentos como la primera. Largisiiiiiimas rectas sobre yelmos campos de cereales, eso sí carreteras tranquilas con muy poco tráfico, y con la sola compañía de bandadas de grullas, espantadas cigüeñas, y algún conejo desprevenido intentando calentarse con los primeros rayos de sol sobre el asfalto de esta fría meseta castellana, y los focos de mi fiel compañero de viaje metros atrás.
La ruta en concreto comienza en Adanero, después de haber dejado atrás el puerto del León, sobre la antigua carretera nacional. Hasta Olmedo nada que contar que merezca la pena, y más adelante más de lo mismo, quizás solo admirar la belleza en los altozanos de pequeños castillos, e impresionantes iglesias románicas de tamaño descomunal para la insignificancia de los pueblos sobre los que asienta, y así llegamos a Tordesillas, no sin un punto de inquietud pues por descuido llevo el chivato de reserva desde no menos de 60 Km. echamos gasolina y surge un problema. Mi moto no arranca, ni amago. Parece como si la batería estuviera descargada, pero me sorprende pues es relativamente nueva, apartamos empujando mi hasta ahora noble compañera de viajes del surtidor, y después de dos vueltas alrededor de la moto junto a Astérix, pues la suma de los conocimientos de mecánica de ambos no da para mucho más, pruebo a arrancarla de nuevo, y albricias, arranca a la primera. Ni idea.
Salimos pitando y entre viñedos navegando por aburridas carreteras llegamos a Villalpando, donde dicen las coplíllas populares que moró un cura que tenia los cojones tan grandes que los llevaba una carreta tirada por cuatro bueyes e iban sudando, y ya un tironcillo más, en esta ocasión por la A-6 y llegamos a Benavente, donde nos espera José Luis, contacto y cicerone que nos acompañaría posteriormente a disfrutar de las viandas de la tierra, no sin antes dejarnos a las puertas del hostal la trucha, donde entre miradas picaras y sonrisas socarronas tomamos posesión (si una o dos habitaciones lo dejo a la malicia del lector) A partir de aquí, risas, chuletones, y vinos a todo trapo hasta horas después, y ya muy anochecido, nos vamos a la cama (o serán camas?)
Resumiendo y para no llevarnos a engaño, se trata de una ruta gastronómico festiva, donde el cómo llegar es menos importante que el cómo disfrutar del fin de semana, y esto último seguro y visto la buena organización de Astérix y José Luis está garantizado (los detalles que los revelen ellos)
Y para concretar la denominada ruta larga del sábado, margen izquierdo Ávila / toro
Quedamos a las 8,45 horas en la gasolinera Repsol del km 19 de la carretera de la Coruña que coincide con la ITV de las rozas, con rigurosa salida a las 9 h, subimos el puerto del León, y en el espinar nos desviamos por carretera local hasta Ávila, ahora por la antigua carretera nacional llegamos hasta peñaranda de bracamonte, no sin antes repostar y breve parada fisiológica en San Pedro del arroyo, y ya por carreterillas locales, con firme en buen estado aunque en algunas zonas algo rizado llegamos a Alaejos y posteriormente a Toro, no sin antes cruzar el Duero sobre un puente de hierro realmente impresionante (ojo fotógrafos). Si vamos con tiempo entramos en el núcleo urbano (este pueblo merece para el solo visita turística) y si no circunvalamos hacia Benavente con parada intermedia si hay necesidad, con intención de llegar puntualmente a las 14 h., donde nos estarán esperando las fuerzas vivas del pueblo. Y lo que suceda a continuación es ya otra historia.
La ruta exige rigurosa puntualidad, paradas breves y conducción alegre, si queremos llegar en hora.
Y eso es todo amigos
Pues bien la ruta es tan aburrida en algunos momentos como la primera. Largisiiiiiimas rectas sobre yelmos campos de cereales, eso sí carreteras tranquilas con muy poco tráfico, y con la sola compañía de bandadas de grullas, espantadas cigüeñas, y algún conejo desprevenido intentando calentarse con los primeros rayos de sol sobre el asfalto de esta fría meseta castellana, y los focos de mi fiel compañero de viaje metros atrás.
La ruta en concreto comienza en Adanero, después de haber dejado atrás el puerto del León, sobre la antigua carretera nacional. Hasta Olmedo nada que contar que merezca la pena, y más adelante más de lo mismo, quizás solo admirar la belleza en los altozanos de pequeños castillos, e impresionantes iglesias románicas de tamaño descomunal para la insignificancia de los pueblos sobre los que asienta, y así llegamos a Tordesillas, no sin un punto de inquietud pues por descuido llevo el chivato de reserva desde no menos de 60 Km. echamos gasolina y surge un problema. Mi moto no arranca, ni amago. Parece como si la batería estuviera descargada, pero me sorprende pues es relativamente nueva, apartamos empujando mi hasta ahora noble compañera de viajes del surtidor, y después de dos vueltas alrededor de la moto junto a Astérix, pues la suma de los conocimientos de mecánica de ambos no da para mucho más, pruebo a arrancarla de nuevo, y albricias, arranca a la primera. Ni idea.
Salimos pitando y entre viñedos navegando por aburridas carreteras llegamos a Villalpando, donde dicen las coplíllas populares que moró un cura que tenia los cojones tan grandes que los llevaba una carreta tirada por cuatro bueyes e iban sudando, y ya un tironcillo más, en esta ocasión por la A-6 y llegamos a Benavente, donde nos espera José Luis, contacto y cicerone que nos acompañaría posteriormente a disfrutar de las viandas de la tierra, no sin antes dejarnos a las puertas del hostal la trucha, donde entre miradas picaras y sonrisas socarronas tomamos posesión (si una o dos habitaciones lo dejo a la malicia del lector) A partir de aquí, risas, chuletones, y vinos a todo trapo hasta horas después, y ya muy anochecido, nos vamos a la cama (o serán camas?)
Resumiendo y para no llevarnos a engaño, se trata de una ruta gastronómico festiva, donde el cómo llegar es menos importante que el cómo disfrutar del fin de semana, y esto último seguro y visto la buena organización de Astérix y José Luis está garantizado (los detalles que los revelen ellos)
Y para concretar la denominada ruta larga del sábado, margen izquierdo Ávila / toro
Quedamos a las 8,45 horas en la gasolinera Repsol del km 19 de la carretera de la Coruña que coincide con la ITV de las rozas, con rigurosa salida a las 9 h, subimos el puerto del León, y en el espinar nos desviamos por carretera local hasta Ávila, ahora por la antigua carretera nacional llegamos hasta peñaranda de bracamonte, no sin antes repostar y breve parada fisiológica en San Pedro del arroyo, y ya por carreterillas locales, con firme en buen estado aunque en algunas zonas algo rizado llegamos a Alaejos y posteriormente a Toro, no sin antes cruzar el Duero sobre un puente de hierro realmente impresionante (ojo fotógrafos). Si vamos con tiempo entramos en el núcleo urbano (este pueblo merece para el solo visita turística) y si no circunvalamos hacia Benavente con parada intermedia si hay necesidad, con intención de llegar puntualmente a las 14 h., donde nos estarán esperando las fuerzas vivas del pueblo. Y lo que suceda a continuación es ya otra historia.
La ruta exige rigurosa puntualidad, paradas breves y conducción alegre, si queremos llegar en hora.
Y eso es todo amigos