Osborne
Well-Known Member
El año pasado fui en una de las 9 Harleys que hizo la Rider 1000, ese recorrido por etapas de 1.000 Km en un día, que sale de Manresa y acaba allí. La experiencia, como saben algunos foreros que también la hicieron, fue durísima por la meteo que nos tocó: frio, lluvia, viento, nieve, granizo... sólo faltaron los tornados.
Aún así, el reto me gustó, y al poco tiempo me llegó el mensaje del forero SUPER que estaba entusiasmado con la experiencia y quería hacerla conmigo este año. Me pareció estupendo variar un poco y hacerla acompañado.
En los días previos, estuve a punto de descolgarme por problemas con la moto y problemas físicos (otitis). Estoy saliendo del mundo Harley, y he comprado una Yamaha clásica naked (XJR 1300), que espero sea mi próxima montura muchos años. La Sportster va a ir al mercado de segunda mano. Sin embargo, por temas de tiempo, decidí hacer la ruta con la Harley porque la tengo ya preparada (parrilla, instalación GPS) y con la Yamaha estoy en fase de adaptación. Qué mejor despedida que esa.
SUPER se habia encargado de encontrar hotel en Monistrol de Montserrat (con vistas a la montaña), y fue todo un acierto. Fuimos el viernes por la tarde a Manresa a verificarnos, y luego a Monistrol para cenar y dormir.
Este año había más motos y estaba mejor organizado si cabe. La salida del año pasado fue un poco caótica, y en esta edición corrigieron el error con un sistema de letra/color que funcionó como un reloj. El ambiente en la salida, inmejorable. Aunque ya podéis imaginar que el predominio es de las motos trail de alta tecnología, seguidas de las japos deportivas o ruteras pero equipadas como si fueran a cruzar el continente. En medio de tanto despilfarro, las Harley son como un anacronismo, pero precisamente por eso me atrae el reto de hacer la ruta con una moto clásica, y por lo tanto mucho más lógica. No entiendo como no hay más Harleys apuntadas al evento, y espero que el año que viene el foro en bloque se inscriba y seáis mayoría de Harleys, superando incluso a BMW, la marca reina del certamen.:cachondon:
Como equipo, teníamos el handicap de que salíamos a horas distintas. SUPER a las 06:45, y yo a las 07:30. Cosas del orden de inscripción. Acordamos que SUPER me esperaría en el primer control (Borredà), y desde allí iríamos juntos.
Salimos puntuales, tras unas verificaciones de la moto y la documentación (brazalete y pasaporte con sello de salida). SUPER en su Road King, impecable para la ocasión, y yo con mi Roadster recién revisada y preparada.
La cita en Borredà sin incidentes, y el recorrido fácil hasta allí. A partir de ese momento, rodamos juntos a muy buen ritmo marcado por la fantástica RK de SUPER (creo que la única inscrita entre 750 motos). A pesar de su peso y sus limitaciones en curva, SUPER la conduce muy ágilmente y eso nos permitió llevar una buena media durante toda la ruta.
El recorrido marcado este año por el buen tiempo, que acompañó todo el día, rodando siempre en seco. Otra cosa hubiera puesto la situación muy difícil, porque el itinerario de esta edición era mucho más revirado que en la anterior, con carreteras obligatorias muy ratoneras, que favorecían a las motos trail modernas y a las deportivas de última generación.
Nos dirigimos primero a la costa de Girona acabando cerca de Tossa, y luego a la Girona montañosa donde disfrutamos de los mejores paisajes (Beget, Tuixent). En Tuixent comimos un bocadillo en 20 minutos, y seguimos ruta hacia Isona, el siguiente punto de control. A partir de ahí entramos en Lleida, llegando hasta Bovera, y luego ya en Tarragona (mi base, territorio conocido), donde en Savallà del Comtat, penúltimo control, el GPS murió sin dejar recados, y pasamos a la opción mapa, que finalmente cambió por la de añadirnos a un grupo de alemanas y japos con el que hicimos el último punto y la llegada. Gente muy amable que nos facilitó el trayecto al ser de la zona. Aún así, los problemillas finales nos retrasaron un poco e hicieron que llegáramos entre 20 minutos y media hora más tarde de lo previsto, nada grave.
Entramos en el pabellón de Manresa a las 00:30, tras 17 horas de moto con muy pocas paradas, y muy rápidas. Esa era la idea, teniendo en cuenta el tipo de moto que llevábamos, y nustra velocidad media. Cuando llegamos y preguntamos cuánta gente faltaba, nos dijeron que unos 500 de 750 motos. No está nada mal, sabiendo que habíamos salido en la posición 440. Habíamos hecho 1.080 Km, y la media de velocidad en movimiento no la tenemos porque el GPS murió. Pero calculo que fue de entre 70 y 75 Km/h, por lo que nos decía durante la ruta.
Estábamos muy contentos porque todo había salido según nuestros cálculos, no habíamos tenido problemas de ningún tipo, y habíamos completado la machada de hacer la ruta con motos de verdad, sin aditivos ni edulcorantes. Pocos en el evento podían decir eso. Vimos Montesas Impala (Rider 500), vimos BMWs clásicas (R90, R100, etc.), vimos algunas Bonnevilles, y como no, vimos la preciosa Electra de Txaky, y sabíamos que Jordi andaba por ahí dando guerra con su Vrod. También vi en la inscripción del día anterior alguna Iron manteniendo el estandarte con orgullo.
La legión eran las BMW, equipadas como para dar la vuelta al mundo, japonesas por doquier, de todo tipo, y también KTM en su modalidad trail o súper moto, verdaderas armas guerreras de última tecnología. Viéndolos, te extraña que no hagan la Rider 1000 todos los findes. Otra cosa es desaprovechar esas motos.
El nivel de civismo y responsabilidad fue bastante alto, sin incidentes de mención en toda la prueba. Por lo que he leido, algunos mossos hicieron su agosto entre los que se lo tomaron como una carrera, aunque nosotros no los vimos en ningún momento, ni nos pararon en control. En este tipo de ruta y con este tipo de moto, hay que ir por faena y hay poco tiempo para la confraternización, pero vas encontrando motos y pilotos de todo tipo. Nos adelantaban de vez en cuando manadas de deportivas rozando estriberas y tomando curvas a 160, y también adelantamos nosotros a unos cuantos grupos que se lo tomaban con calma.
Recuerdo cosas como una custom japonesa adelantándome en plena curva saliéndose del carril, y metiendo freno precipitadamente por encontrarse un coche de frente, lo que me hizo frenar a mí para no tocarle. O cuando en otra curva sin visibilidad una GS se pone a mi lado en paralelo para adelantarme, no pudiendo hasta acabar la curva, momento en el que se pone delante mio y aparece un coche en sentido contrario que si llega a avanzarse unos segundos se lo lleva puesto... y también recuerdo un tipo con una Suzuki Gladius creo, nueva de trinca, haciendo la Rider muy lento y tomando las curvas con tanto cuidado que se notaba a leguas que era la primera vez que conducía moto, hasta las piernas sacaba en las curvas, todo el mundo pasándole y pensando cómo demonios iba a acabar la prueba.
SUPER y yo bien conjuntados, con un buen ritmo, parando para repostar bastante sincronizados y sin distraernos. En los controles, muy bien organizados, poco retraso y mucha efectividad. Buen tiempo (sólo un poco nublado en Girona, luego sol) y rodamos de noche unas tres horas, en las que agradecí haber cambiado la bombilla de serie de la Sportster por la Philips X-treme, que me dio una luz muy aceptable y mucha seguridad nocturna.
La llegada a Manresa, emocionante y entrando en el pabellón deportivo sobre alfombra roja engalanado para la ocasión, donde te ponían el sello final del pasaporte. Un abrazo, unas risas, y la satisfacción de superar el reto. De pronto, un hambre atroz que nos hace ir al bar a devorar unos bocatas que saben a gloria. Comentamos la jugada con nuestros últimos acompañantes y nos vamos a dormir, que después de la cena empiezan a sentirse los kilómetros en el cuerpo.
Cuando llegamos al hotel, aparcamos las motos en la acera de enfrente (no hay párking), y al día siguiente nos las encontramos acompañadas de cinco motos más (una Electra y una Bonnie entre ellas), comprobando con satisfacción que fuimos los primeros en llegar a dormir. Somos unos máquinas, y nuestras motos más.
Al día siguiente desayunamos con Avelino, dueño de la Electra, comentamos los pormenores de la ruta y hablamos del mundo Harley, con puntos de vista parecidos. Nos despedimos todos, y yo emprendo mi ruta final de vuelta a casa, ya sin prisas ni trayectos en la cabeza, relajado, sonriente y disfrutando de las carreteras que me acercan a Tarragona.
Ha sido el broche perfecto a mi carrera con la Sportster, que se ha comportado como lo que debería ser, una buena rutera. En un momento de la ruta, parados para eliminar bichos del casco, SUPER se queda mirando la Sportster al ralentí perfecto en el arcén, y me suelta: "Jorge, si tienes una moto cojonuda. Si tú la Sportster no te la acabas...". Y la verdad es que me hizo dudar, tanto que a ver si lo que voy a vender ahora es la Yamaha...:cachondon:
Epílogo:
Estoy leyendo que se avecinan cambios en la edición 2015 de la Rider. Parece ser que el sector privado ha puesto su interés en el evento y se rumorea que el Motoclub de Manresa va a ceder el control a ciertas empresas privadas que evidentemente cambiarán la filosofía del certamen para rentabilizarlo. Si es así, para mí la Rider 1000 ha terminado, porque precisamente eliminan lo que en mi opinión es atractivo de la prueba: que es un evento sin ánimo de lucro por y para el aficionado, realizado con cariño, ilusión, y ganas de hacer la cosas bien, lo más importante según mi visión.
Total, no necesito pagar para rodar 1.000 Km por puro placer. Rider 1000 hay infinitas.
Decidiremos en 2015.
Aún así, el reto me gustó, y al poco tiempo me llegó el mensaje del forero SUPER que estaba entusiasmado con la experiencia y quería hacerla conmigo este año. Me pareció estupendo variar un poco y hacerla acompañado.
En los días previos, estuve a punto de descolgarme por problemas con la moto y problemas físicos (otitis). Estoy saliendo del mundo Harley, y he comprado una Yamaha clásica naked (XJR 1300), que espero sea mi próxima montura muchos años. La Sportster va a ir al mercado de segunda mano. Sin embargo, por temas de tiempo, decidí hacer la ruta con la Harley porque la tengo ya preparada (parrilla, instalación GPS) y con la Yamaha estoy en fase de adaptación. Qué mejor despedida que esa.
SUPER se habia encargado de encontrar hotel en Monistrol de Montserrat (con vistas a la montaña), y fue todo un acierto. Fuimos el viernes por la tarde a Manresa a verificarnos, y luego a Monistrol para cenar y dormir.
Este año había más motos y estaba mejor organizado si cabe. La salida del año pasado fue un poco caótica, y en esta edición corrigieron el error con un sistema de letra/color que funcionó como un reloj. El ambiente en la salida, inmejorable. Aunque ya podéis imaginar que el predominio es de las motos trail de alta tecnología, seguidas de las japos deportivas o ruteras pero equipadas como si fueran a cruzar el continente. En medio de tanto despilfarro, las Harley son como un anacronismo, pero precisamente por eso me atrae el reto de hacer la ruta con una moto clásica, y por lo tanto mucho más lógica. No entiendo como no hay más Harleys apuntadas al evento, y espero que el año que viene el foro en bloque se inscriba y seáis mayoría de Harleys, superando incluso a BMW, la marca reina del certamen.:cachondon:
Como equipo, teníamos el handicap de que salíamos a horas distintas. SUPER a las 06:45, y yo a las 07:30. Cosas del orden de inscripción. Acordamos que SUPER me esperaría en el primer control (Borredà), y desde allí iríamos juntos.
Salimos puntuales, tras unas verificaciones de la moto y la documentación (brazalete y pasaporte con sello de salida). SUPER en su Road King, impecable para la ocasión, y yo con mi Roadster recién revisada y preparada.
La cita en Borredà sin incidentes, y el recorrido fácil hasta allí. A partir de ese momento, rodamos juntos a muy buen ritmo marcado por la fantástica RK de SUPER (creo que la única inscrita entre 750 motos). A pesar de su peso y sus limitaciones en curva, SUPER la conduce muy ágilmente y eso nos permitió llevar una buena media durante toda la ruta.
El recorrido marcado este año por el buen tiempo, que acompañó todo el día, rodando siempre en seco. Otra cosa hubiera puesto la situación muy difícil, porque el itinerario de esta edición era mucho más revirado que en la anterior, con carreteras obligatorias muy ratoneras, que favorecían a las motos trail modernas y a las deportivas de última generación.
Nos dirigimos primero a la costa de Girona acabando cerca de Tossa, y luego a la Girona montañosa donde disfrutamos de los mejores paisajes (Beget, Tuixent). En Tuixent comimos un bocadillo en 20 minutos, y seguimos ruta hacia Isona, el siguiente punto de control. A partir de ahí entramos en Lleida, llegando hasta Bovera, y luego ya en Tarragona (mi base, territorio conocido), donde en Savallà del Comtat, penúltimo control, el GPS murió sin dejar recados, y pasamos a la opción mapa, que finalmente cambió por la de añadirnos a un grupo de alemanas y japos con el que hicimos el último punto y la llegada. Gente muy amable que nos facilitó el trayecto al ser de la zona. Aún así, los problemillas finales nos retrasaron un poco e hicieron que llegáramos entre 20 minutos y media hora más tarde de lo previsto, nada grave.
Entramos en el pabellón de Manresa a las 00:30, tras 17 horas de moto con muy pocas paradas, y muy rápidas. Esa era la idea, teniendo en cuenta el tipo de moto que llevábamos, y nustra velocidad media. Cuando llegamos y preguntamos cuánta gente faltaba, nos dijeron que unos 500 de 750 motos. No está nada mal, sabiendo que habíamos salido en la posición 440. Habíamos hecho 1.080 Km, y la media de velocidad en movimiento no la tenemos porque el GPS murió. Pero calculo que fue de entre 70 y 75 Km/h, por lo que nos decía durante la ruta.
Estábamos muy contentos porque todo había salido según nuestros cálculos, no habíamos tenido problemas de ningún tipo, y habíamos completado la machada de hacer la ruta con motos de verdad, sin aditivos ni edulcorantes. Pocos en el evento podían decir eso. Vimos Montesas Impala (Rider 500), vimos BMWs clásicas (R90, R100, etc.), vimos algunas Bonnevilles, y como no, vimos la preciosa Electra de Txaky, y sabíamos que Jordi andaba por ahí dando guerra con su Vrod. También vi en la inscripción del día anterior alguna Iron manteniendo el estandarte con orgullo.
La legión eran las BMW, equipadas como para dar la vuelta al mundo, japonesas por doquier, de todo tipo, y también KTM en su modalidad trail o súper moto, verdaderas armas guerreras de última tecnología. Viéndolos, te extraña que no hagan la Rider 1000 todos los findes. Otra cosa es desaprovechar esas motos.
El nivel de civismo y responsabilidad fue bastante alto, sin incidentes de mención en toda la prueba. Por lo que he leido, algunos mossos hicieron su agosto entre los que se lo tomaron como una carrera, aunque nosotros no los vimos en ningún momento, ni nos pararon en control. En este tipo de ruta y con este tipo de moto, hay que ir por faena y hay poco tiempo para la confraternización, pero vas encontrando motos y pilotos de todo tipo. Nos adelantaban de vez en cuando manadas de deportivas rozando estriberas y tomando curvas a 160, y también adelantamos nosotros a unos cuantos grupos que se lo tomaban con calma.
Recuerdo cosas como una custom japonesa adelantándome en plena curva saliéndose del carril, y metiendo freno precipitadamente por encontrarse un coche de frente, lo que me hizo frenar a mí para no tocarle. O cuando en otra curva sin visibilidad una GS se pone a mi lado en paralelo para adelantarme, no pudiendo hasta acabar la curva, momento en el que se pone delante mio y aparece un coche en sentido contrario que si llega a avanzarse unos segundos se lo lleva puesto... y también recuerdo un tipo con una Suzuki Gladius creo, nueva de trinca, haciendo la Rider muy lento y tomando las curvas con tanto cuidado que se notaba a leguas que era la primera vez que conducía moto, hasta las piernas sacaba en las curvas, todo el mundo pasándole y pensando cómo demonios iba a acabar la prueba.
SUPER y yo bien conjuntados, con un buen ritmo, parando para repostar bastante sincronizados y sin distraernos. En los controles, muy bien organizados, poco retraso y mucha efectividad. Buen tiempo (sólo un poco nublado en Girona, luego sol) y rodamos de noche unas tres horas, en las que agradecí haber cambiado la bombilla de serie de la Sportster por la Philips X-treme, que me dio una luz muy aceptable y mucha seguridad nocturna.
La llegada a Manresa, emocionante y entrando en el pabellón deportivo sobre alfombra roja engalanado para la ocasión, donde te ponían el sello final del pasaporte. Un abrazo, unas risas, y la satisfacción de superar el reto. De pronto, un hambre atroz que nos hace ir al bar a devorar unos bocatas que saben a gloria. Comentamos la jugada con nuestros últimos acompañantes y nos vamos a dormir, que después de la cena empiezan a sentirse los kilómetros en el cuerpo.
Cuando llegamos al hotel, aparcamos las motos en la acera de enfrente (no hay párking), y al día siguiente nos las encontramos acompañadas de cinco motos más (una Electra y una Bonnie entre ellas), comprobando con satisfacción que fuimos los primeros en llegar a dormir. Somos unos máquinas, y nuestras motos más.
Al día siguiente desayunamos con Avelino, dueño de la Electra, comentamos los pormenores de la ruta y hablamos del mundo Harley, con puntos de vista parecidos. Nos despedimos todos, y yo emprendo mi ruta final de vuelta a casa, ya sin prisas ni trayectos en la cabeza, relajado, sonriente y disfrutando de las carreteras que me acercan a Tarragona.
Ha sido el broche perfecto a mi carrera con la Sportster, que se ha comportado como lo que debería ser, una buena rutera. En un momento de la ruta, parados para eliminar bichos del casco, SUPER se queda mirando la Sportster al ralentí perfecto en el arcén, y me suelta: "Jorge, si tienes una moto cojonuda. Si tú la Sportster no te la acabas...". Y la verdad es que me hizo dudar, tanto que a ver si lo que voy a vender ahora es la Yamaha...:cachondon:
Epílogo:
Estoy leyendo que se avecinan cambios en la edición 2015 de la Rider. Parece ser que el sector privado ha puesto su interés en el evento y se rumorea que el Motoclub de Manresa va a ceder el control a ciertas empresas privadas que evidentemente cambiarán la filosofía del certamen para rentabilizarlo. Si es así, para mí la Rider 1000 ha terminado, porque precisamente eliminan lo que en mi opinión es atractivo de la prueba: que es un evento sin ánimo de lucro por y para el aficionado, realizado con cariño, ilusión, y ganas de hacer la cosas bien, lo más importante según mi visión.
Total, no necesito pagar para rodar 1.000 Km por puro placer. Rider 1000 hay infinitas.
Decidiremos en 2015.