Reflexiones al comprar otra moto.

Yo he tenido la suerte de probar bastantes motos, de distintos tipos. El día que probé la espontex por primera vez dije "joder, esto es diferente", y tardé un tiempo en comprar la mia, aunque en la decisión me importó más que me la dejaban muy bien de precio y casi nueva que la moto en sí. Ahora no puedo desprenderme de ella.

Me siguen gustando todas las motos, pero tengo muy claro que no puedo buscar lo que me da la jarlyn en otras.

Por ejemplo, en un tiempo que estuve buscando moto, probé dos o tres veces la CBR 600 y me encantó la suavidad y la ligereza de esa moto. Todo lo contrario a la espontex -por entonces no la tenía-. No hace mucho, un amigo me prestó su Ninja zx6r (una de 2008) y volví a sentir aquella suavidad, eso de estar subido en una especie de tren hipersónico eléctrico.

Ambas cosas molan un huevo. Para qué voy a rechazar una cosa o la otra? No tengo más motos porque no tengo tiempo para disfrutarlas, que si no, iba a tener una de cada.

Pero ciertamente, quien no haya experimentado el placer de conducir una de nuestras "lentas" y toscas bestias metálicas, se pierde una de las mejores cosas que uno puede disfrutar en nuestras mundanas vidas.
 
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