Cuando hicieron obligatorias las matriculaciones de los ciclomotores, mi padre que es bastante cicatero dijo: una poll$%& me voy a gastar yo 3000 pelas en matricular las motillos (teníamos dos) si total, si éstas son pa ir por caminos!
Pero cuando dejamos de ser adolescentes nosotros ya no íbamos por caminos, y las motos ya no podían ir por ningún otro sitio. Ahí en vez de ver que matricularla era la mejor manera de darles algun uso, siguió erre que erre. Con el tiempo una se oxidó, se hizo mierda y mi padre la vendió a peso a un chatarrero que pasaba a veces con el camión (no había ni conciencia de restaurar, ni pasta para tonterias). Era un ciclomotor estilo vespino de hierro puro, en verde oliva y trucado a 75 que había sido de mi madre cuando era joven. A mi me encantaba y me he tirado de los pelos mucho por aquello años después. Le dieron 400 pesetas por ella... (eran ya bien entrados los 90, así que no llegaba ni para dos entradas de cine)
La ducati, años después, igual de oxidada y abandonada, me la llevé antes de que mi padre volviera hacer limpieza en el trastero y la dejé en el taller de un amigo para ir restaurándola sin prisa. Y poner ésta al día sabía que costaría el triple que comprar una nueva.
Pero aprendí con ella a llevar una moto de marchas y tengo recuerdos incluso de ser más pequeño e ir de paquete con mi padre a ver a mis abuelos. Eso vale muchísimo...
Así que si pienso en toda la gente que vive de arreglar estas antiguallas, en las cuatro perras que recaudarán dejando que las pongamos al día, y en que puedo tener la posibilidad de rescatar un pedazo de historia familiar... todo son ventajas y bienvenida sea cualquier legislación al respecto.