Mi prueba de la XR 1200 X. Primera parte

moriwoki

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Hola a todos.

Quiero compartir con todos vosotros el artículo de esta prueba que realicé para Portalmotos allá por el mes de noviembre. Advierto para todo aquel que no haya leído mi presentación que soy un quemado irrecuperable. Me siento así. Y que lo que despierta en mí el mundo Harley es admiración por su artística belleza y un interés por conocerlo para ampliar como es debido mi conocimiento del mundo de la moto.
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Prueba a fondo de la mas deportiva de las Harley Davidson. Una moto dificil de encasillar, inspirada en las Dirk Track, con un comportamiento que sorprende y una estética muy personal con la firma de la marca mas famosa del mundo de motos.


Harley XR 1200 X



A priori se me presentaban dos puntos de vista diferentes desde los que podía examinar esta nueva XR-1200-X.
Uno, desde el amplio espectro que se abre en el segmento de las deportivas. Podría juzgarla con ojo crítico y compararla con japonesas, italianas, alemanas o inglesas. Dos, contemplarla dentro del universo Harley y tratar de entender cuál es el mensaje que la fábrica de Milwaukee quiere transmitir con este modelo a sus incondicionales.
En cuanto la tuve ante mí a la puerta del concesionario, desterré definitivamente la primera opción, que ya se me antojaba, desde el principio, poco coherente. Si miras qué te ofrece el mercado por 13.200€ en el sector de las deportivas y lo comparas con la primera impresión que causa esta Harley en la retina, comprenderás inmediatamente que es absurdo de todo punto emparejarla con cualquiera. Harley antepone la belleza como elemento prioritario en la creación de sus motos. La belleza en una Harley es un elemento sustancial y constituye una buena parte de su esencia. Pero no hablamos de la belleza habitual que dibuja la silueta de una moto y que la hace atractiva a la vista; hablamos de una belleza que va más allá del diseño dinámico, que pasa por encima de la satisfactoria baba que emana de su propietario, de la admiración que despierta en los transeúntes o incluso del hecho de que sea llevada al interior de un garito nocturno o de un restaurante para darles cierto esplendor artístico: La belleza de una Harley va mucho más allá, la belleza de Harley alcanza y penetra en el mundo de las galerías y de los museos de arte moderno. Ahí quedó la exposición del Guggemhein de Bilbao.
Esta XR-1200-X cumple desde el primer momento, como un cuadro impresionista, con ese sello artístico de identidad. Y para dar fe de ello, cuento con la voz acreditada de un particular experto.
Al sentarse sobre esta moto, uno abre la mente para acoplarse en su posición sin prejuicios. Se siente cómoda, más cómoda que la media. Sin embargo, en el momento de intentar clasificarla es cuando aparecen las dificultades. Había oído comentar que es una nacked: a mí no me lo parece (el manillar es exageradamente amplio y las estriberas están ligeramente adelantadas); puede antojar un cierto aire custom por la curva de ese ancho manillar; sin embargo no encaja en absoluto en ese estilo con unas estriberas tan retrasadas. Decido dejar el encasillamiento para más adelante.
Al arrancar el centenario bicilíndrico se pone de manifiesto la primera sorpresa –para algunos será algo más que eso, será una decepción-. Con los escapes de serie no se oye ni una sola explosión, sólo se escuchan al ralentí los sonidos mecánicos y metálicos internos. Ya no hay grito del águila, ni siquiera un gemido de pichón: La normativa europea ha enmudecido completamente a este motor. Vivimos en comunidad, se debe ser consecuente con ello.
Al ponernos en marcha aparece otra inesperada cualidad que realmente me sorprende. Desde el primer momento la moto se siente inexplicablemente ligera. Pienso en consultar la ficha en cuanto tenga la oportunidad; más tarde lo hago y miro el dato con franca incredulidad: 250 kg en seco. No lo parece en movimiento, desde luego que no.
Al abrir gas siento con verdadero placer el par de este 1200 desde el primer metro. En este punto tengo que hacer una traducción de mis palabras y decir que están pronunciadas con un concepto general del motorista. Aclaro este punto porque he leído el comentario de algún harleysta de pro con el que expresa que este motor está vacío por debajo de las tres mil r.p.m. Seguro que lo está si lo comparamos con el de una de las Big twin de la marca. Sin embargo y a pesar de eso, la XR no deja de ser una bicilíndrica de 1200 para el resto de los mortales, aun incluso teniendo el carácter más deportivo de todas las Harleys.
En el momento en el que el tráfico me abre un hueco, enrosco el acelerador y comienzo a verme invadido de nuevo por el sueño de Harley, por el otro. Cambio de marcha y el suave tirón de esta moto me envuelve con una sensación mágica que me transporta a un momento intemporal. Si la belleza estética y estática de una Harley es digna de exponer en una galería, el sonido de su admisión es digno de escucharse en una sala de auditorio. Con ese sonar grave, la XR-1200-X hace redondo el sueño de Harley, un sueño que apreciamos muchos motoristas: el de dejarnos invadir por las sensación de conducir una moto de siempre, una moto que suena dejando reconocer cada pistón, una moto que vibra placenteramente (sin trepidaciones que aflojen sus tornillos o las prótesis de su dueño, porque fija su motor al chasis por medio de silent blocks), una moto que huele cuando paras y hasta que parece sudar. Esa sensación de conducir una moto de siempre te hace soñar que vas subido, ahora, cuando estamos a punto de comenzar la segunda década del tercer milenio, sobre una NSS100, la Broug Superior de Lawrence de Arabia.
Engrano una, otra y otra marcha más, y el cambio, dentro de las limitaciones de su antiguo diseño, muestra una alegre sincronía y una desmultiplicación bien escalonada que te permite subir de marcha sin tocar el embrague. Definitivamente, esta moto incita a acelerar, a disfrutar del tirón que ofrece cada relación entre esas tres mil r.p.m. de las que habla el harlysta de pro y las 7000 que marca la línea roja del tacómetro.
Abandoné la ciudad, y, dentro de la autovía no hace falta indicar, por la amplia curvatura de su manillar y la posición tan erguida que implanta, que el límite de velocidad, aparte del Ministerio del Interior, lo marcan para esta moto tu pecho, tu cuello y tus hombros. Me venían a la mente en ese tramo las imágenes de los pilotos de flat track haciendo las escasas rectas entre las dos curvas del óvalo agachados sobre el depósito y con la mano izquierda cogida a la barra de la horquilla para componer una ortopédica figura aerodinámica. No era cuestión de imitarles.
De vuelta a casa, sin dejar la autovía porque la agenda no permitía más, la oscuridad se cierne sobre mi cabeza y observo con grata sorpresa un haz de luz mucho más amplio e intenso de lo que haría presumir la diminuta óptica que me precede.
Vuelvo a plantearme clasificar la particular posición de esta moto. No acierto aún a comprenderla y busco sin éxito en el catálogo de mis recuerdos un modelo que encaje. Nuevamente desecho el intento para no ofuscarme y me dedico a repasar el breve instrumental que equipa el cuadro.
Dos esferas, una falsa y más pequeña deja ver la velocidad a través de una ventana tan rectangular como digital; la más grande y auténtica muestra el cuentarrevoluciones con la aguja y los guarismos diseñados para un despertador del ocaso franquista (sólo por situación cronológica). Sobre el fondo blanco se recortan minúsculos símbolos, entre ellos el más importante, el testigo de la reserva.
El resplandor que emerge de la gran urbe me atrapa mientras repaso el renglón de testigos luminosos que toca tangente y por debajo a las dos esferas. La información es la justa e imprescindible, poco más que la obligatoria. Apunto ahora los contadores que se pueden leer a través de la estrecha ventana de la esfera grande: Dos parciales, el total y un reloj.


CONTINÚA... en la 2ª parte ( http://www.foroharley.com/f12/prueba-xr-1200-x-segunda-parte-10443/ )

 
Última edición por un moderador:
FANTASTICO..... LEYENDOTE, DAN GANAS DE COMPRAR ESTA MOTO.

Enhorabuena por tu buen hacer.
 
Hostia... me parece que me he equivocado de moto comprándome la Street Bob... ja ja ja... la verdad es que hay que felicitarte por transmitir esas sensaciones.

Quien sabe!!!! nunca es tarde para tener esta moto no?
 
Hostia... me parece que me he equivocado de moto comprándome la Street Bob... ja ja ja... la verdad es que hay que felicitarte por transmitir esas sensaciones.

Quien sabe!!!! nunca es tarde para tener esta moto no?

Bueno. Cada moto tiene su esencia y ésta la guardaba un tanto escondida para una mentalidad europea. Otra cosa es que el probador fuese americano de USA, estoy seguro de que desde el primer momento sería consciente de que iba a subirse en una moto de Dirt Track matriculada. A mí me costó tres días darme cuenta, pero al menos lo hice, y a partir de ahí me divertí mucho con ella. Sí, me divertí pilotando un Harley.
Sin embargo, hay que poner las cosas exactamente en su sitio, porque meses después, yendo a entrenar con la moto de carreras, me encontré una XR 1200 X en pista. Le habían montado escapes, estriberas retrasadas y alguna cosa más. La moto era muy espectacular, pero o el piloto se equivocó metiéndose en una tanda demasiado rápida o es que el circuito no es su hábitat natural. El caso es que iba tan lenta, a pesar de los notables esfuerzos de su piloto, que me la encontraba, la doblaba cada 6 o 7 vueltas.

En cualquier caso, no, nunca es tarde para subirse en una moto como la XR. Es muy dócil, muy dulce de llevar. Hace poco vino una alumna muy muy principiante con esta moto y lo cierto es que hasta entonces no le había puesto en ningún compromiso, después del curso, claro está, menos todavía.

Mucha suerte.
Un saludo.

Un saludo.
 
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