wido
Well-Known Member
Muy buenas a todos, pues eso, después de 9 años con mi querida Sportster 1.200, no sé que cable se me ha cruzado pero la semana que viene la entrego para sacar una flamante PAN AMERICA.
La cosa fué más o menos así, a mis 47 años (que lejos se ven ya) quería comprar la moto definitiva, una moto que me durase toda la vida y que pudiera dejar para que mis nietos disfruten de ella. Siempre me llamó la atención Harley y un buen día me lié la manta a la cabeza y me compré una preciosa XL1200CB, negra como los cojones de un grillo y atronadora una vez que tuvo sus potentes V&H. He disfrutado con ella de lo lindo, me ha llevado solo, con mi señora o con alguna de mis hijas a donde le he pedido, disfrutando de cada Km recorrido (54.000) y me he encargado de que esté siempre como el día que la compré. Una relación perfecta. Y así ha sido hasta la semana pasada.
Tengo la costumbre de pasar de vez en cuando por el concesionario ya que me queda muy cerca del trabajo y me gusta estar un poco al día, ver accesorios y tonterías, a veces para coger ideas y otras por el hecho de ir. He pasado por delante de la PAN AMERICA más de 40 veces y era invisible, estaba callada y no me decía nada. Pero la semana pasada me habló, me miró con su único ojo de cíclope poderoso y me dijo, eh!, tío, estoy aquí.
Entonces me paré delante de ella y empecé a mirarla con calma, a la cara, de tú a tú. De repente me empezó a recordar a mi antigua Bultaco Frontera 370, para mí la moto más destroyer que he tenido. Aprovecho para decir que si la Bultaco hubiera tenido arranque eléctrico nunca me habría deshecho de ella. Alguno dirá que menuda tontería, que no se parecen en nada. No sé, seré raro, pero algo vi en ella en ella que me resultó tremendamente atractivo, musculosa, potente, muy potente, grande, con ganas de marcha y pasarlo bien. Sé que no es la Bultaco, pero tampoco yo soy el mismo. Aquí ya estaba perdido. Empecé a interesarme cada día, cada hora, más y más, tuve una sobredosis de vídeos de Youtube, los vi todos...
Finalmente la fuí a probar. Media hora, pero ¡qué media hora!. Al sentarme la encontré alta, vas subido a una altura respetable, y lo de echar los pies para atrás ya lo tenía olvidado. Y por otra parte estaba algo (bastante) acojonado pues lo de llevar 150 CV debajo del culo realmente impone.
Arranco la moto. Los pelos de punta. Meto primera y ¡bien! suena un clonk, me siento como en casa. Pero lo más curioso es que al llevar apenas 2 Km recorridos siento como si ya la hubiese llevado antes. Todo es fácil, todo encaja, la postura es muy cómoda y según la regulación del asiento te sientes mas touring, en la posición baja, o más agresivo, con el cuerpo más inclinado hacia adelante, en la posición alta.
Concluyendo, llegué de vuelta al concesionario, pregunté dónde había que firmar y la semana que viene me la entregan.
Es un cambio radical respecto a la Sportster, siempre la recordaré con mucho cariño, pero ahora estoy deseando entregarla y empezar a disfrutar de una nueva historia, un nuevo ciclo, eso sí en una HARLEY.
Si alguien ha leído hasta aquí le digo que he renovado mi ilusión y vuelvo a sentirme como la semana antes de que me dieran mi muy querida Sportster. No me cabe un dedo en culo.
Birras para todos y a vivir la vida, que son cuatro días
La cosa fué más o menos así, a mis 47 años (que lejos se ven ya) quería comprar la moto definitiva, una moto que me durase toda la vida y que pudiera dejar para que mis nietos disfruten de ella. Siempre me llamó la atención Harley y un buen día me lié la manta a la cabeza y me compré una preciosa XL1200CB, negra como los cojones de un grillo y atronadora una vez que tuvo sus potentes V&H. He disfrutado con ella de lo lindo, me ha llevado solo, con mi señora o con alguna de mis hijas a donde le he pedido, disfrutando de cada Km recorrido (54.000) y me he encargado de que esté siempre como el día que la compré. Una relación perfecta. Y así ha sido hasta la semana pasada.
Tengo la costumbre de pasar de vez en cuando por el concesionario ya que me queda muy cerca del trabajo y me gusta estar un poco al día, ver accesorios y tonterías, a veces para coger ideas y otras por el hecho de ir. He pasado por delante de la PAN AMERICA más de 40 veces y era invisible, estaba callada y no me decía nada. Pero la semana pasada me habló, me miró con su único ojo de cíclope poderoso y me dijo, eh!, tío, estoy aquí.
Entonces me paré delante de ella y empecé a mirarla con calma, a la cara, de tú a tú. De repente me empezó a recordar a mi antigua Bultaco Frontera 370, para mí la moto más destroyer que he tenido. Aprovecho para decir que si la Bultaco hubiera tenido arranque eléctrico nunca me habría deshecho de ella. Alguno dirá que menuda tontería, que no se parecen en nada. No sé, seré raro, pero algo vi en ella en ella que me resultó tremendamente atractivo, musculosa, potente, muy potente, grande, con ganas de marcha y pasarlo bien. Sé que no es la Bultaco, pero tampoco yo soy el mismo. Aquí ya estaba perdido. Empecé a interesarme cada día, cada hora, más y más, tuve una sobredosis de vídeos de Youtube, los vi todos...
Finalmente la fuí a probar. Media hora, pero ¡qué media hora!. Al sentarme la encontré alta, vas subido a una altura respetable, y lo de echar los pies para atrás ya lo tenía olvidado. Y por otra parte estaba algo (bastante) acojonado pues lo de llevar 150 CV debajo del culo realmente impone.
Arranco la moto. Los pelos de punta. Meto primera y ¡bien! suena un clonk, me siento como en casa. Pero lo más curioso es que al llevar apenas 2 Km recorridos siento como si ya la hubiese llevado antes. Todo es fácil, todo encaja, la postura es muy cómoda y según la regulación del asiento te sientes mas touring, en la posición baja, o más agresivo, con el cuerpo más inclinado hacia adelante, en la posición alta.
Concluyendo, llegué de vuelta al concesionario, pregunté dónde había que firmar y la semana que viene me la entregan.
Es un cambio radical respecto a la Sportster, siempre la recordaré con mucho cariño, pero ahora estoy deseando entregarla y empezar a disfrutar de una nueva historia, un nuevo ciclo, eso sí en una HARLEY.
Si alguien ha leído hasta aquí le digo que he renovado mi ilusión y vuelvo a sentirme como la semana antes de que me dieran mi muy querida Sportster. No me cabe un dedo en culo.
Birras para todos y a vivir la vida, que son cuatro días