Refloto el hilo, pues el otro día fuimos a pasar la revisión de las dos Iron (mi siamés demente Irondriver y un servidor) a Makinostra. La conclusión es fácil: no volveremos. Jamás.
En mi caso, simplemente me atendieron y me clavaron lo que me tenían que clavar. Nada que objetar. Bueno, sí, por tocar los cojones: me parece bien que me ofrezcas lavarme la moto. Encuentro lisérgico que me digas que son 10 pavos + IVA. Si fueras más listo, te callas, me los clavas en otro concepto y me la lavas sin preguntar. Quedas como Dios y en una factura de 200 pavos, 10 más no se habrían notado... ¿Caro? Ya sabía yo en lo que me metía.
En el caso de Irondriver, lo que hicieron tiene un nombre: engañarle. No te pueden decir que te van a hacer un trabajo y que te va a costar X. Que "firma la renuncia a presupuesto, que no pasa nada, que si no te tengo que confeccionar uno y cobrártelo". Y llamarte al cabo de un rato para decirte que "claro, hace falta cambiarte otra cosa" —no voy a daros detalles si no quiere darlos él—, "que si son otros 150 pavos". Irondriver contestó que no le hicieran ese trabajo. Vale, no te lo hacemos. Le llaman más de una hora después y le dicen ya está desmontada la moto, que la mano de obra se la tienen que cobrar y que qué hacen... Mal, muy mal, señores. ¿Qué haces en esa situación? ¿Irte con la moto desguazada en un remolque? Pagas y te jodes.
La próxima vez probaremos suerte en Capital...