Triumph, Harley y Yamaha, por ese orden. El porque....
Triumph, porque saben hacer las cosas y darle a sus usuarios lo que quieren. Una marca renacida de sus cenizas que se ha adaptado a los tiempos, sin prisa pero sin pausa, sin perder un ápice de identidad y con identidad. Chapeau para ellos.
Harley en segundo lugar... porque ya no es lo que era, porque me ha decepcionado el comportamiento con sus usuarios, porque se han vendido, porque han perdido su identidad, porque se han echado a lo comercial viviiendo de las rentas. Motos magníficas y preciosas... con una atención al cliente apestante y prescindible. No todo es vender motos.
Yamaha en tercer lugar... porque jamás imaginé lo que me llegaría a dar mi pequeña Drag Star, una percherona tranquila y agradable que me ha acompañado en los momentos buenos, en los malos y en los muy malos sin quejarse para nada, se que no representa a una marca, pero es lo que siento.