DOC.
Well-Known Member
Ha sido una dura jornada pero ha merecido la pena.
Salgo de casa a las 10,45 h con el scooter (gracias giat) parada en la primera gasolinera para llenar el deposito, ida y vuelta con 12 litros, y a correr (es un decir)
Bastante viento racheado por el camino revirado que desde Quijorna, Fresnedilla, Robledo de Chavela, Cebreros , Burgohondo, me acerca a la sierra de Gredos. La motillo se agita nerviosas cual doncella en su noche nupcial. Cuesta meterla en curva a cierta velocidad, se hace la remolona y hay que obligarla, pero acepta mi autoridad y se somete a ella, eso sí, mas vale no equivocarse en la trazada. Velocidad media de crucero 90-100 km/h que no está mal para el cascajo (a mas velocidad sería asumir riesgos innecesarios)
A mitad de camino me encuentro a Fatcinante en uno de los muchos pueblos que atravesamos y se agradece, se siente cierta sensación de seguridad al ir en compañía. D. Alonso Quijano (José Luis) a lomos de su rocinante y Sancho en su borriquillo (scooter) llegamos al molino, no sin cierta decepción al descubrir el hueso de jamón toito roído, vamos que nos quedamos sin catarlo, pero bueno no importa el recibimiento lo compensa.
Buena organización a la hora de comer, mejor carnaza, y gran pereza al pensar en la vuelta.
No queda más remedio a las 18 h. me despido del grupo y emprendo la vuelta esta vez dirección al puerto del pico, Ramascastañas, Piedralaves, Madrid.
Lo que a la ida eran rachas de viento ahora es vendaval. La motillo me sacude violentamente y no me queda más remedio que bajar el ritmo a no más de 70 Km/h., poco tráfico y llegada a casa sin incidentes. Bueno no exactamente. Unos kilómetros antes decido parar en una gasolinera para darle un manguerazo a mi noble pollino. Una buena lavada y “pa casa”, giro la llave de contacto y……., no arranca! Que faena, me duele todo, muy ergonómica la postura de conducir no es, vamos mas o menos como las Harlys, son las 9 de la noche, tengo ganas de llegar, y la muy cabrona se niega a arrancar, me imagino que le ha entrado agua en algún componente eléctrico. Bueno pues paciencia, compro una coca y el periódico y me siento pacientemente a esperar que se seque lo que sea. Entre página y página voy probando y nada. Son las 10 de la noche, llamo a mi chica para que venga a buscarme y aparco la motillo siguiendo las instrucciones del gasolinero, pero que veo, me doy cuenta que el interruptor de paro está accionado. Cambio su posición, giro la llave de contacto y arranca a la primera, resulta que el asno era yo. Seré despistado! Y eso es todo amigos, buena compañía como siempre, y una nueva experiencia con mi borriquillo. ¡!Miiiiiiii jarly, cuanto te echo de menos!!
Salgo de casa a las 10,45 h con el scooter (gracias giat) parada en la primera gasolinera para llenar el deposito, ida y vuelta con 12 litros, y a correr (es un decir)
Bastante viento racheado por el camino revirado que desde Quijorna, Fresnedilla, Robledo de Chavela, Cebreros , Burgohondo, me acerca a la sierra de Gredos. La motillo se agita nerviosas cual doncella en su noche nupcial. Cuesta meterla en curva a cierta velocidad, se hace la remolona y hay que obligarla, pero acepta mi autoridad y se somete a ella, eso sí, mas vale no equivocarse en la trazada. Velocidad media de crucero 90-100 km/h que no está mal para el cascajo (a mas velocidad sería asumir riesgos innecesarios)
A mitad de camino me encuentro a Fatcinante en uno de los muchos pueblos que atravesamos y se agradece, se siente cierta sensación de seguridad al ir en compañía. D. Alonso Quijano (José Luis) a lomos de su rocinante y Sancho en su borriquillo (scooter) llegamos al molino, no sin cierta decepción al descubrir el hueso de jamón toito roído, vamos que nos quedamos sin catarlo, pero bueno no importa el recibimiento lo compensa.
Buena organización a la hora de comer, mejor carnaza, y gran pereza al pensar en la vuelta.
No queda más remedio a las 18 h. me despido del grupo y emprendo la vuelta esta vez dirección al puerto del pico, Ramascastañas, Piedralaves, Madrid.
Lo que a la ida eran rachas de viento ahora es vendaval. La motillo me sacude violentamente y no me queda más remedio que bajar el ritmo a no más de 70 Km/h., poco tráfico y llegada a casa sin incidentes. Bueno no exactamente. Unos kilómetros antes decido parar en una gasolinera para darle un manguerazo a mi noble pollino. Una buena lavada y “pa casa”, giro la llave de contacto y……., no arranca! Que faena, me duele todo, muy ergonómica la postura de conducir no es, vamos mas o menos como las Harlys, son las 9 de la noche, tengo ganas de llegar, y la muy cabrona se niega a arrancar, me imagino que le ha entrado agua en algún componente eléctrico. Bueno pues paciencia, compro una coca y el periódico y me siento pacientemente a esperar que se seque lo que sea. Entre página y página voy probando y nada. Son las 10 de la noche, llamo a mi chica para que venga a buscarme y aparco la motillo siguiendo las instrucciones del gasolinero, pero que veo, me doy cuenta que el interruptor de paro está accionado. Cambio su posición, giro la llave de contacto y arranca a la primera, resulta que el asno era yo. Seré despistado! Y eso es todo amigos, buena compañía como siempre, y una nueva experiencia con mi borriquillo. ¡!Miiiiiiii jarly, cuanto te echo de menos!!