Ya está en el garaje. La hubiera metido en la cama si hubiera podido subirla por las escaleras.
Viernes, 10:00 de la mañana, llamada al concesionario "¿como va mi moto?", contestan "Te íbamos a llamar ahora mismo, puedes venir a por ella cuando quieras". Un escalofrío nervioso me recorre la espalda. Tengo mi moto a 100 km lista, palpitando. Organizo la operativa, tengo que ir a Madrid ya mismo... acabo lo imprescindible del trabajo. Dos amigos se ofrecen para llevarme (en moto por supuesto) y volver juntos por la sierra, no se hable más, agarro el casco y la chaqueta con las manos temblorosas. Creo que desde la infancia no había vuelto a sentir (por algo material) esa sensación de ilusión sobredimensionada, de nerviosismo físico.
Mal día por Castilla, amenaza luvia e incluso durante el camino hacia Madrid nos llueve un poco. Buf...qué nervios las 13:15 aún en la M40 y cierran a las 14:00, jodida capital y jodidos atascos.
Llegamos, me bajo de la moto y giro mi cabeza hacia el concesionario, y entonces se paró el reloj. A la puerta estaba la Nightster, esperando. He visto varias en vivo, creo que he visitado todas y cada una de las fotos que hay en internet, y ciertamente en ese momento debería haber sido una más (estrictamente de serie), pero tengo que deciros que JODIDAMENTE NO ERA ASÍ. Aquel hierro negro y cromado, graciosamente inclinado hacia la izquierda era MI nightster.
Explicaciones varias, un obsequio (mochila bastante chula), me dan las llaves y la arranco. Situación parecida, sonido comedido, algo metálico, ralentí alto. Seguro que suena como tantas, pero a mi no me pareció así, simplemente así sonaba MI nightster. Mis dos amigos, en un precioso segundo plano observaban mi sonrisa mientras hipnotizado por el movimiento del motor, no podía levantar la vista del 5 situado bajo la V.
Me pongo en marcha hacia la Castellana, me impresiona sobremanera la rudeza del cambio, el sonido de la caja al cambiar es apabullante, poderoso. El motor vibra como si se fuera a salir del chasis. En los semáforos noto las primeras miradas clavadas en ella. La subida a la sierra fue maravillosa para mi, me encaja muy bien el tamaño de la moto y la posición de los mandos, voy ciertamente cómodo. El motor empuja desde muy abajo y el comportamiento me parece noble. Es increible lo que tantas veces se ha dicho aquí y tantas veces me había imaginado, notas cada explosión del motor, pa, pa, pa, pa. Es una maravillosa mezcla entre una locomotra de vapor y un cortacesped.
Llego a casa, la meto en el garaje, y despues de mirarla embobado un rato cojo las herramientas. Quito el asiento de acompañante, cambio los espejos para abajo y pongo un tapón con llave que compre al amigo Antonio KMZ. De momento, hasta que el bolsillo y la garantía lo permitan se quedará así.
El sábado, 250 km en solitario (quiero hacerme con ella antes de empezar a salir en grupo). Sencillamente estupendo. Las sensaciones de conducción están escritas amplia y correctamente por otros en este foro (Resumiendo: Noble en curva, asiento duro, frena poco, se ve mejor con los espejos por debajo, hace 160 km hasta la reserva, par motor impresionante, con los escapes de serie suena regular, te miran, cuesta hacerte a llevar el intermitente derecho a la derecha, bla bla bla)
En fin, gracias si habéis llegado hasta aquí, y perdón por el tocho. Simplemente quería compartir con vosotros el momento, y que cada uno recuerde la primera vez que SU Harley estaba esperando, graciosamente inclinada sobre la izquierda, palpitando.
Hacedme el favor de tomaros 3 minutos y recordadlo.
Birras para todos,
Nos vemos.
Viernes, 10:00 de la mañana, llamada al concesionario "¿como va mi moto?", contestan "Te íbamos a llamar ahora mismo, puedes venir a por ella cuando quieras". Un escalofrío nervioso me recorre la espalda. Tengo mi moto a 100 km lista, palpitando. Organizo la operativa, tengo que ir a Madrid ya mismo... acabo lo imprescindible del trabajo. Dos amigos se ofrecen para llevarme (en moto por supuesto) y volver juntos por la sierra, no se hable más, agarro el casco y la chaqueta con las manos temblorosas. Creo que desde la infancia no había vuelto a sentir (por algo material) esa sensación de ilusión sobredimensionada, de nerviosismo físico.
Mal día por Castilla, amenaza luvia e incluso durante el camino hacia Madrid nos llueve un poco. Buf...qué nervios las 13:15 aún en la M40 y cierran a las 14:00, jodida capital y jodidos atascos.
Llegamos, me bajo de la moto y giro mi cabeza hacia el concesionario, y entonces se paró el reloj. A la puerta estaba la Nightster, esperando. He visto varias en vivo, creo que he visitado todas y cada una de las fotos que hay en internet, y ciertamente en ese momento debería haber sido una más (estrictamente de serie), pero tengo que deciros que JODIDAMENTE NO ERA ASÍ. Aquel hierro negro y cromado, graciosamente inclinado hacia la izquierda era MI nightster.
Explicaciones varias, un obsequio (mochila bastante chula), me dan las llaves y la arranco. Situación parecida, sonido comedido, algo metálico, ralentí alto. Seguro que suena como tantas, pero a mi no me pareció así, simplemente así sonaba MI nightster. Mis dos amigos, en un precioso segundo plano observaban mi sonrisa mientras hipnotizado por el movimiento del motor, no podía levantar la vista del 5 situado bajo la V.
Me pongo en marcha hacia la Castellana, me impresiona sobremanera la rudeza del cambio, el sonido de la caja al cambiar es apabullante, poderoso. El motor vibra como si se fuera a salir del chasis. En los semáforos noto las primeras miradas clavadas en ella. La subida a la sierra fue maravillosa para mi, me encaja muy bien el tamaño de la moto y la posición de los mandos, voy ciertamente cómodo. El motor empuja desde muy abajo y el comportamiento me parece noble. Es increible lo que tantas veces se ha dicho aquí y tantas veces me había imaginado, notas cada explosión del motor, pa, pa, pa, pa. Es una maravillosa mezcla entre una locomotra de vapor y un cortacesped.
Llego a casa, la meto en el garaje, y despues de mirarla embobado un rato cojo las herramientas. Quito el asiento de acompañante, cambio los espejos para abajo y pongo un tapón con llave que compre al amigo Antonio KMZ. De momento, hasta que el bolsillo y la garantía lo permitan se quedará así.
El sábado, 250 km en solitario (quiero hacerme con ella antes de empezar a salir en grupo). Sencillamente estupendo. Las sensaciones de conducción están escritas amplia y correctamente por otros en este foro (Resumiendo: Noble en curva, asiento duro, frena poco, se ve mejor con los espejos por debajo, hace 160 km hasta la reserva, par motor impresionante, con los escapes de serie suena regular, te miran, cuesta hacerte a llevar el intermitente derecho a la derecha, bla bla bla)
En fin, gracias si habéis llegado hasta aquí, y perdón por el tocho. Simplemente quería compartir con vosotros el momento, y que cada uno recuerde la primera vez que SU Harley estaba esperando, graciosamente inclinada sobre la izquierda, palpitando.
Hacedme el favor de tomaros 3 minutos y recordadlo.
Birras para todos,
Nos vemos.