Virov
Well-Known Member
Hace ya casi un año que tengo la 48 y entre unas cosas y otras no os conté la odisea que tuve que pasar para traérmela, por eso ahora que lo estaba recordando y que tengo un rato para escribir quiero compartirlo con vosotros.
Era sábado y salía de casa a las 7,30 de la mañana camino a Madrid, con el coche de un amigo,el remolque de otro y muchas ganas de ver mi burra. Remolque que era para quads, esto es importante porque ahora sé que no son iguales los de motos que los de quad.
Entre que iba despacio, parar para comer algo y buscar el conce por Madrid...llego sobre las 12. Entro como un rayo y allí estaba, que preciosidad, esperando ser montada como hembra en celo...El conce estaba petado y no me pudieron atender hasta que estaba a punto de cerrar. Javier me lo explica todo con pelos y señales, un crack de tio. Le pido ayuda para subir la moto al remolque y nos ponemos a ello cuando nos damos cuenta que la plataforma está demasiado empinada y la panza de la moto toca en el suelo de remolque. Nos toca subirla a peso intentando rascarla lo menos posible y agarrando del sitio adecuado para no partir nada. Como no podemos, nos ayuda otro compañero de Javier y entre los 3 después de sudar un poco conseguimos ponerla en su sitio. Toca amarrarla, cosa que yo no había hecho nunca y pensaba que sería más fácil de lo que fue. Saco las 2 eslingas que me habían dejado y la cara de Javier y del compañero cambia de color, ¿sólo has traído eso para amarrar la moto?? me dicen, les digo que con esas 2 eslingas se amarran billares(es lo que hace el dueño en su curro) y que por lo tanto se debe poder amarrar sin problemas. Nos ponemos a ello y no había manera, no se si fue porque eran demasiado grandes o realmente porque ninguno de lo 3 teníamos ni idea de como ponerlas. Pensaba que ellos tendrían algo más de experiencia que yo pero no fue así. A todo esto ya habían cerrado y llevábamos un buen rato en la calle. Las dejamos puestas de aquella forma y se van, antes de irse me dice Javier que me vaya a la gasolinera más cercana y consiga más eslingas para amarrar mejor la moto. Me subo en el coche y arranco, en ese momento se me cayó el mundo encima, me veo en medio de Madrid con una Harley en un remolque que se mueve de un lado para otro y pensando que en cualquier curva se me cae al suelo, imaginaros!! Además era sábado a medio día, nada abierto salvo las gasolineras. Pues me digo, a ello con dos cojones!! me pongo a dar vueltas por el centro de Madrid buscando gasolineras que tuvieran lo que necesitaba. Tuve que parar en 4 o 5 con la moto de un lado para el otro, las pulsaciones a 1000 y el corazón que se me salía. Por fin paro en una gasolinera y compró 4 paquetes de gomas elásticas con ganchos en los extremos (los 4 últimos, manda huevos...) se las pongo y menos mal, mucho mejor. Salgo de Madrid y paro en alguna gasolinera más para comprar alguna eslinga más por si acaso....después de todo que por eslingas no fuera...
Paso todo el camino entre 80-90 kmh, todo el tiempo con un ojo delante y otro atrás acojonado perdido, no vaya a ser pase una desgracia... y a eso de las 10,30 de la noche llego a casa. Todo en su sitio y más feliz que una perdiz.
Bueno pues esta ha sido la historia de como me traje mi Harley, costó lo suyo y ahora me río... pero en aquel momento las pasé putas.
Birras para todos y ración doble para el que se haya leído el ladrillo entero.
Era sábado y salía de casa a las 7,30 de la mañana camino a Madrid, con el coche de un amigo,el remolque de otro y muchas ganas de ver mi burra. Remolque que era para quads, esto es importante porque ahora sé que no son iguales los de motos que los de quad.
Entre que iba despacio, parar para comer algo y buscar el conce por Madrid...llego sobre las 12. Entro como un rayo y allí estaba, que preciosidad, esperando ser montada como hembra en celo...El conce estaba petado y no me pudieron atender hasta que estaba a punto de cerrar. Javier me lo explica todo con pelos y señales, un crack de tio. Le pido ayuda para subir la moto al remolque y nos ponemos a ello cuando nos damos cuenta que la plataforma está demasiado empinada y la panza de la moto toca en el suelo de remolque. Nos toca subirla a peso intentando rascarla lo menos posible y agarrando del sitio adecuado para no partir nada. Como no podemos, nos ayuda otro compañero de Javier y entre los 3 después de sudar un poco conseguimos ponerla en su sitio. Toca amarrarla, cosa que yo no había hecho nunca y pensaba que sería más fácil de lo que fue. Saco las 2 eslingas que me habían dejado y la cara de Javier y del compañero cambia de color, ¿sólo has traído eso para amarrar la moto?? me dicen, les digo que con esas 2 eslingas se amarran billares(es lo que hace el dueño en su curro) y que por lo tanto se debe poder amarrar sin problemas. Nos ponemos a ello y no había manera, no se si fue porque eran demasiado grandes o realmente porque ninguno de lo 3 teníamos ni idea de como ponerlas. Pensaba que ellos tendrían algo más de experiencia que yo pero no fue así. A todo esto ya habían cerrado y llevábamos un buen rato en la calle. Las dejamos puestas de aquella forma y se van, antes de irse me dice Javier que me vaya a la gasolinera más cercana y consiga más eslingas para amarrar mejor la moto. Me subo en el coche y arranco, en ese momento se me cayó el mundo encima, me veo en medio de Madrid con una Harley en un remolque que se mueve de un lado para otro y pensando que en cualquier curva se me cae al suelo, imaginaros!! Además era sábado a medio día, nada abierto salvo las gasolineras. Pues me digo, a ello con dos cojones!! me pongo a dar vueltas por el centro de Madrid buscando gasolineras que tuvieran lo que necesitaba. Tuve que parar en 4 o 5 con la moto de un lado para el otro, las pulsaciones a 1000 y el corazón que se me salía. Por fin paro en una gasolinera y compró 4 paquetes de gomas elásticas con ganchos en los extremos (los 4 últimos, manda huevos...) se las pongo y menos mal, mucho mejor. Salgo de Madrid y paro en alguna gasolinera más para comprar alguna eslinga más por si acaso....después de todo que por eslingas no fuera...
Paso todo el camino entre 80-90 kmh, todo el tiempo con un ojo delante y otro atrás acojonado perdido, no vaya a ser pase una desgracia... y a eso de las 10,30 de la noche llego a casa. Todo en su sitio y más feliz que una perdiz.
Bueno pues esta ha sido la historia de como me traje mi Harley, costó lo suyo y ahora me río... pero en aquel momento las pasé putas.
Birras para todos y ración doble para el que se haya leído el ladrillo entero.