Osborne
Well-Known Member
Ya he dicho muchas veces en los foros que, aunque conduzco una Sportster desde 2010, no soy un harlista convencido.
Bueno, realmente lo que me pasa es que no tengo preferencias definitivas por ninguna marca. Me gustan muchos fabricantes de motos, y si soy fan de algo en especial, es de las motos clásicas, que prefiero a las naves espaciales y pequeños descapotables que se estilan ahora.
Dentro del universo Harley, hay cosas que me gustan y cosas que no. Por ejemplo, no comparto la visión que pone a la estética de la moto por encima de todo. Le doy una importancia alta a la estética (si no, no tendría una Harley), pero para mí el fin último de las motocicletas es rodar lo más lejos y de la forma más divertida posible.
Por eso mi moto es como es: muy vulgar para un harlista (aunque a mí me parece preciosa), y transformada para que pueda rodar mucho y lejos. Creo que el destino de cualquier moto de más de 250 cc es la carretera, los viajes y las aventuras lejos de su garaje. Por eso no concibo motos como las Harley, de 900 cc mínimo y de una resistencia probada, como máquinas ciudadanas o como enlaces entre bares. Me parece un auténtico desperdicio de mecánica y de experiencias moteras. Y también me parece (por qué no decirlo), una pequeña traición al espíritu de esas motos y literalmente al de todos los moteros que en los años 50 y 60 suspiraban por 55 caballos de potencia en sus monturas.
Leo foros como los de BMW o Triumph y me recorre una envidia insana por la cantidad de crónicas de rutas y viajes que hay en sus apartados. Leo los foros de Harley, y me cuesta encontrar crónicas no sólo de viajes (algo excepcional), sino simplemente de salidas o de rutas. Y me parece increible que teniendo las máquinas que tenemos (verdaderas tragamillas), tan poca gente se aventure con ellas algo más allá del horizonte. Para mí, no hay un accesorio más genuino o más auténtico para una Harley que un baúl y una tienda de campaña apalancadas en el respaldo.
Para empezar, creo que los harlistas tenemos un problema con el lenguaje. No lo utilizamos con propiedad ni con la precisión que requieren nuestras motos. No basta con sacar la moto del garaje y arrancarla. Hay que rodar, y hay que hacerlo como merecen nuestros motores. Por eso no es lo mismo un paseo, que una ruta o que un viaje. No tienen nada que ver, y eso los de BMW lo saben bien.
Así que me he ido al Diccionario de la Real Academia Motera (el RAM) para que me quede realmente claro a la hora de hablar de nuestras experiencias, y éste es el resultado:
paseo
1. m. Trayecto realizado en motocicleta que no supera los 200 Km. Típico de los motoristas que usan la máquina como utilitario de transporte y de los aficionados sin posibilidad o voluntad de vivir su afición a fondo (véase tb. nenaza).
salida
1. f. Recorrido realizado en motocicleta mayor de 200 Km y que no supera los 400 Km. Actividad mínima exigible a los propietarios de mitos mecánicos como cualquiera de los modelos de Harley Davidson. Es la distancia que el verdadero harlista (véase tb. motero) recorre cotidianamente para ir a por pan o por tabaco.
ruta
1. f. Trayecto realizado en motocicleta que supera los 400 Km. Es el fin último y supone la culminación de cualquier motocicleta que supere los 250 cc de cubicaje. También es la distancia que distingue a los niños de los hombres (véase tb. iron butt).
viaje
1. m. Itinerario realizado en motocicleta que supone enlazar varias rutas durante varios días consecutivos. La experiencia suprema del motero, el nirvana de cualquier apasionado de las dos ruedas. Inexplicablemente, el concepto viaje se utiliza mucho más entre aficionados a ciertos tipos de fabricantes de motocicletas como BMW (véase tb. muebleuvistas).
Y antes de que me echéis los perros por esta ida de olla, recordad que todo esto no lo digo yo, está en el Diccionario.:cachondon:
Bueno, realmente lo que me pasa es que no tengo preferencias definitivas por ninguna marca. Me gustan muchos fabricantes de motos, y si soy fan de algo en especial, es de las motos clásicas, que prefiero a las naves espaciales y pequeños descapotables que se estilan ahora.
Dentro del universo Harley, hay cosas que me gustan y cosas que no. Por ejemplo, no comparto la visión que pone a la estética de la moto por encima de todo. Le doy una importancia alta a la estética (si no, no tendría una Harley), pero para mí el fin último de las motocicletas es rodar lo más lejos y de la forma más divertida posible.
Por eso mi moto es como es: muy vulgar para un harlista (aunque a mí me parece preciosa), y transformada para que pueda rodar mucho y lejos. Creo que el destino de cualquier moto de más de 250 cc es la carretera, los viajes y las aventuras lejos de su garaje. Por eso no concibo motos como las Harley, de 900 cc mínimo y de una resistencia probada, como máquinas ciudadanas o como enlaces entre bares. Me parece un auténtico desperdicio de mecánica y de experiencias moteras. Y también me parece (por qué no decirlo), una pequeña traición al espíritu de esas motos y literalmente al de todos los moteros que en los años 50 y 60 suspiraban por 55 caballos de potencia en sus monturas.
Leo foros como los de BMW o Triumph y me recorre una envidia insana por la cantidad de crónicas de rutas y viajes que hay en sus apartados. Leo los foros de Harley, y me cuesta encontrar crónicas no sólo de viajes (algo excepcional), sino simplemente de salidas o de rutas. Y me parece increible que teniendo las máquinas que tenemos (verdaderas tragamillas), tan poca gente se aventure con ellas algo más allá del horizonte. Para mí, no hay un accesorio más genuino o más auténtico para una Harley que un baúl y una tienda de campaña apalancadas en el respaldo.
Para empezar, creo que los harlistas tenemos un problema con el lenguaje. No lo utilizamos con propiedad ni con la precisión que requieren nuestras motos. No basta con sacar la moto del garaje y arrancarla. Hay que rodar, y hay que hacerlo como merecen nuestros motores. Por eso no es lo mismo un paseo, que una ruta o que un viaje. No tienen nada que ver, y eso los de BMW lo saben bien.
Así que me he ido al Diccionario de la Real Academia Motera (el RAM) para que me quede realmente claro a la hora de hablar de nuestras experiencias, y éste es el resultado:
paseo
1. m. Trayecto realizado en motocicleta que no supera los 200 Km. Típico de los motoristas que usan la máquina como utilitario de transporte y de los aficionados sin posibilidad o voluntad de vivir su afición a fondo (véase tb. nenaza).
salida
1. f. Recorrido realizado en motocicleta mayor de 200 Km y que no supera los 400 Km. Actividad mínima exigible a los propietarios de mitos mecánicos como cualquiera de los modelos de Harley Davidson. Es la distancia que el verdadero harlista (véase tb. motero) recorre cotidianamente para ir a por pan o por tabaco.
ruta
1. f. Trayecto realizado en motocicleta que supera los 400 Km. Es el fin último y supone la culminación de cualquier motocicleta que supere los 250 cc de cubicaje. También es la distancia que distingue a los niños de los hombres (véase tb. iron butt).
viaje
1. m. Itinerario realizado en motocicleta que supone enlazar varias rutas durante varios días consecutivos. La experiencia suprema del motero, el nirvana de cualquier apasionado de las dos ruedas. Inexplicablemente, el concepto viaje se utiliza mucho más entre aficionados a ciertos tipos de fabricantes de motocicletas como BMW (véase tb. muebleuvistas).
Y antes de que me echéis los perros por esta ida de olla, recordad que todo esto no lo digo yo, está en el Diccionario.:cachondon: