Wolowitz
FH SUPPORTER
Ayer estrené una Switchback —el porqué es una historia que ya contaremos en otro momento— y ahora duerme al ladito de la Iron.
Me he quedado sencillamente alucinado de la tremenda diferencia entre ambas máquinas. Pude rodar unos 150km por vías variadas —autovía, secundarias y ciudad— y estoy gratamente sorprendido. Parecen motos de dos planetas diferentes.
Lo primero que me llamó la atención es que no notas para nada la diferencia de peso y dimensiones —bueno, ratoneando por Madrid me lo pensaba un poco más al colarme entre coches, claro—. Los 75 kilos que pesa más la Dyna se diluyen gracias al asiento más bajo y un acertado reparto del peso. El asiento es muy cómodo, y eso que yo nunca me quejado del de la Iron. Y la pantalla, ah, amigo, la pantalla... Es increíble el descanso que proporciona. Y que puedes abrir el visor del casco cuando te dé la real gana.
El motor, el 103, me ha parecido una delicia. Tiene fuerza para tirar de la moto en cualquier marcha. Y el nivel de vibraciones es mucho menor. Salvo a muy bajas revoluciones —hasta 1.700—, que las maletas vibran y parece que van a salir volando —si alguien tiene una Switchback que me diga si es o no normal— parece que viajas en una alfombra voladora. Me llevó una rato acostumbrarme a las plataformas pero el descanso que llevas en las piernas me parece reseñable.
Y curveando también me sorprendió. Me inspiró más confianza que mi Iron que, a la mínima que el asfalto no es perfecto, parece que vas bailando break-dance. Ah, y frena, no como la Sporty. Y la tranquilidad de que ahí está el ABS si las cosas se ponen feas.
Las mejoras de equipamiento de los modelos nuevos me han gustado mucho. El indicador de marcha/revoluciones es bastante útil cuando no estás acostumbrado a la máquina. El de autonomía también es muy interesante. Y, por fin, hay un mando de ráfagas. Ya era hora, coño.
Como puntos negativos no me ha gustado nada la ubicación de los chivatos luminosos. Acostumbrado a la posición en que están en la Sportster, tener que bajar tanto la vista me resulta incómodo. Y la cantidad de reflejos que produce tanto cromado cuando llevas el sol de espaldas también me ha parecido un poco molesto. Bueno, y que, comparada con la Iron y sus colas SESP, la Dyna no suena nada. Pero nada de nada. Que a 2.500 vueltas me iba abriendo el casco para intentar oírla y parecía que estaba conduciendo un Prius.
artiendose_de_risa
Si con la Iron me he metido etapas de 800-900km, me da la impresión de que con la Dyna podría hacer el doble. O los mismos y llegar la mitad de cansado. :cachondon: Las Sportsters son máquinas mucho más rudas y primitivas...
Y vosotros, ¿qué opináis?
Me he quedado sencillamente alucinado de la tremenda diferencia entre ambas máquinas. Pude rodar unos 150km por vías variadas —autovía, secundarias y ciudad— y estoy gratamente sorprendido. Parecen motos de dos planetas diferentes.
Lo primero que me llamó la atención es que no notas para nada la diferencia de peso y dimensiones —bueno, ratoneando por Madrid me lo pensaba un poco más al colarme entre coches, claro—. Los 75 kilos que pesa más la Dyna se diluyen gracias al asiento más bajo y un acertado reparto del peso. El asiento es muy cómodo, y eso que yo nunca me quejado del de la Iron. Y la pantalla, ah, amigo, la pantalla... Es increíble el descanso que proporciona. Y que puedes abrir el visor del casco cuando te dé la real gana.
El motor, el 103, me ha parecido una delicia. Tiene fuerza para tirar de la moto en cualquier marcha. Y el nivel de vibraciones es mucho menor. Salvo a muy bajas revoluciones —hasta 1.700—, que las maletas vibran y parece que van a salir volando —si alguien tiene una Switchback que me diga si es o no normal— parece que viajas en una alfombra voladora. Me llevó una rato acostumbrarme a las plataformas pero el descanso que llevas en las piernas me parece reseñable.
Y curveando también me sorprendió. Me inspiró más confianza que mi Iron que, a la mínima que el asfalto no es perfecto, parece que vas bailando break-dance. Ah, y frena, no como la Sporty. Y la tranquilidad de que ahí está el ABS si las cosas se ponen feas.
Las mejoras de equipamiento de los modelos nuevos me han gustado mucho. El indicador de marcha/revoluciones es bastante útil cuando no estás acostumbrado a la máquina. El de autonomía también es muy interesante. Y, por fin, hay un mando de ráfagas. Ya era hora, coño.
Como puntos negativos no me ha gustado nada la ubicación de los chivatos luminosos. Acostumbrado a la posición en que están en la Sportster, tener que bajar tanto la vista me resulta incómodo. Y la cantidad de reflejos que produce tanto cromado cuando llevas el sol de espaldas también me ha parecido un poco molesto. Bueno, y que, comparada con la Iron y sus colas SESP, la Dyna no suena nada. Pero nada de nada. Que a 2.500 vueltas me iba abriendo el casco para intentar oírla y parecía que estaba conduciendo un Prius.
Si con la Iron me he metido etapas de 800-900km, me da la impresión de que con la Dyna podría hacer el doble. O los mismos y llegar la mitad de cansado. :cachondon: Las Sportsters son máquinas mucho más rudas y primitivas...
Y vosotros, ¿qué opináis?