Hace algunos años tuve la suerte de poder realizar uno de mis viajes soñados: subir en moto a Cabo Norte. Fue un viaje inolvidable; unos doce mil kilómetros por algunas de las carreteras más bonitas del mundo. Las fotos no pueden transmitir toda la emoción de un viaje así, pero al menos permiten hacerse una idea y nos sirven de recordatorio. Así que pongo aquí algunas, que quizá animen a alguien a subir a Cabo Norte el próximo verano. Es una ruta muy larga que exige bastante planificación, pero os aseguro que colma todas las expectativas del que la hace. Siendo el extremo norte de Europa, el Cabo Norte es posiblemente una de las “mecas” de muchos moteros. Yo solo puedo añadir que nunca antes ni después he hecho un viaje tan maravilloso ni tan significativo como aquel, y que desde que lo hice sigo pensando en volver allí. Ojalá os gusten las fotos y convenzan a alguien para animarse a hacer ese viaje.
Un saludo
Fernando
Parada en una zona de descanso de la Autobahn, en Alemania. Estaba cayendo el diluvio universal.
Revisión de los 8.000 Km en el servicio oficial de Copenhague. Profesionalidad a tope. Cuatro mecánicos trabajando a la vez en
la moto, en medio de un silencio sepulcral. Todo el mundo sabía exactamente lo que tenía que hacer. La burra lista en algo más
de una hora mientras me invitaban a desayunar, y todo eso después de haber llamado sólo con 24 horas de antelación contándoles
la batalla de mi viaje al Cabo Norte y tal y tal…
¡Qué buen rollo!
El Círculo Polar Ártico corresponde a los 66 grados 33 minutos Norte. A partir de esta latitud se ve el sol de medianoche en verano.
En el Círculo Polar el fenómeno se observa un día cada año. Ya en el Cabo Norte, el sol no se pone entre mediados de Mayo y finales de Julio.
La E6 viene a ser algo así como la espina dorsal de Noruega. Las autocaravanas de los veraneantes pueden llegar a ser un verdadero
incordio en las zonas más estrechas, cuando no un peligro. Cada vez que me entraba el agobio con una roulotte simplemente me paraba
en un sitio bonito, echaba unas fotos, un cigarrito o dos y esperaba tranquilamente hasta tenerlas muy lejos. Si vas en una moto esa
carretera hay que disfrutarla más bien en solitario, o al menos sin nadie por delante que te estropee la vista.
Aunque comiences este viaje en solitario, como hice yo, puedes estar casi seguro de que vas a encontrar ambientillo motero del
bueno (al menos en los meses de verano, porque a partir de Septiembre no hay quien pueda con el mal tiempo que hace por allí).
Estos son dos amigos del Moto Club Compostela que me encontré en Laksforsen, y otro motero italiano que se les había unido.
Rodamos juntos un par de días.
Cerca de Mo i Rana, más y más paisajes de los de quedarse sin aliento. La carretera tiene pendientes muy pronunciadas y curvas espectaculares.
Esta es mi “Betty”, fiel compañera de viaje, descansando un poco antes de Narvik.
Narvik fue el escenario de una importante batalla durante la segunda guerra mundial. Esta fotografía está tomada a la una de la mañana desde la montaña que
domina la ciudad, a la que se puede subir mediante un teleférico.
Se puede describir un fiordo con palabras, pero es imposible transmitir del todo su belleza. Tampoco es fácil plasmar en una foto
la impresión que produce ver uno por primera vez.
La carretera de la tundra recorre un paisaje casi lunar, de una gran belleza. No hay edificios, ni árboles, ni prácticamente nada
excepto la manta de musgo y liquen que lo cubre todo, en la que pastan en verano las manadas de renos de los lapones.
Solo unos doscientos kilómetros para llegar al Cabo Norte… Lograr la meta, o la culminación del viaje, es un sentimiento
maravilloso. Pero mucho mejor aún es el viaje, la sensación de llegar a ese objetivo poco a poco, disfrutando de cada día y cada
detalle. El viaje del Cabo Norte no es tanto la meta como la ruta.
Al norte, el Océano Ártico y el Polo Norte, a unos 2.000 Km. de este punto. Al sur, toda Europa. Cabo Norte, isla de Mageroya,
11 de Julio, a las 00:00h…
A pesar del cansancio, la emoción de estar allí después de tantos planes y de tantos kilómetros (unos 6000 desde Madrid) no me
dejó dormir aquella noche. Así que me fui a pasear por la isla con Betty y a hacer algunas fotos. No había ni un alma en la carretera
a las tres o las cuatro de la mañana, y yo me sentía la persona más feliz del mundo.
Betty está ya mirando hacia el sur. Queda un largo camino de vuelta a través de Noruega, Finlandia, Suecia y el resto de Europa
hasta llegar a casa. Me voy con ganas de volver algún día y con una satisfacción indescriptible por haber conseguido realizar este sueño.
Un saludo
Fernando

Parada en una zona de descanso de la Autobahn, en Alemania. Estaba cayendo el diluvio universal.

Revisión de los 8.000 Km en el servicio oficial de Copenhague. Profesionalidad a tope. Cuatro mecánicos trabajando a la vez en
la moto, en medio de un silencio sepulcral. Todo el mundo sabía exactamente lo que tenía que hacer. La burra lista en algo más
de una hora mientras me invitaban a desayunar, y todo eso después de haber llamado sólo con 24 horas de antelación contándoles
la batalla de mi viaje al Cabo Norte y tal y tal…
¡Qué buen rollo!

El Círculo Polar Ártico corresponde a los 66 grados 33 minutos Norte. A partir de esta latitud se ve el sol de medianoche en verano.
En el Círculo Polar el fenómeno se observa un día cada año. Ya en el Cabo Norte, el sol no se pone entre mediados de Mayo y finales de Julio.

La E6 viene a ser algo así como la espina dorsal de Noruega. Las autocaravanas de los veraneantes pueden llegar a ser un verdadero
incordio en las zonas más estrechas, cuando no un peligro. Cada vez que me entraba el agobio con una roulotte simplemente me paraba
en un sitio bonito, echaba unas fotos, un cigarrito o dos y esperaba tranquilamente hasta tenerlas muy lejos. Si vas en una moto esa
carretera hay que disfrutarla más bien en solitario, o al menos sin nadie por delante que te estropee la vista.

Aunque comiences este viaje en solitario, como hice yo, puedes estar casi seguro de que vas a encontrar ambientillo motero del
bueno (al menos en los meses de verano, porque a partir de Septiembre no hay quien pueda con el mal tiempo que hace por allí).
Estos son dos amigos del Moto Club Compostela que me encontré en Laksforsen, y otro motero italiano que se les había unido.
Rodamos juntos un par de días.

Cerca de Mo i Rana, más y más paisajes de los de quedarse sin aliento. La carretera tiene pendientes muy pronunciadas y curvas espectaculares.

Esta es mi “Betty”, fiel compañera de viaje, descansando un poco antes de Narvik.

Narvik fue el escenario de una importante batalla durante la segunda guerra mundial. Esta fotografía está tomada a la una de la mañana desde la montaña que
domina la ciudad, a la que se puede subir mediante un teleférico.

Se puede describir un fiordo con palabras, pero es imposible transmitir del todo su belleza. Tampoco es fácil plasmar en una foto
la impresión que produce ver uno por primera vez.

La carretera de la tundra recorre un paisaje casi lunar, de una gran belleza. No hay edificios, ni árboles, ni prácticamente nada
excepto la manta de musgo y liquen que lo cubre todo, en la que pastan en verano las manadas de renos de los lapones.

Solo unos doscientos kilómetros para llegar al Cabo Norte… Lograr la meta, o la culminación del viaje, es un sentimiento
maravilloso. Pero mucho mejor aún es el viaje, la sensación de llegar a ese objetivo poco a poco, disfrutando de cada día y cada
detalle. El viaje del Cabo Norte no es tanto la meta como la ruta.

Al norte, el Océano Ártico y el Polo Norte, a unos 2.000 Km. de este punto. Al sur, toda Europa. Cabo Norte, isla de Mageroya,
11 de Julio, a las 00:00h…


A pesar del cansancio, la emoción de estar allí después de tantos planes y de tantos kilómetros (unos 6000 desde Madrid) no me
dejó dormir aquella noche. Así que me fui a pasear por la isla con Betty y a hacer algunas fotos. No había ni un alma en la carretera
a las tres o las cuatro de la mañana, y yo me sentía la persona más feliz del mundo.

Betty está ya mirando hacia el sur. Queda un largo camino de vuelta a través de Noruega, Finlandia, Suecia y el resto de Europa
hasta llegar a casa. Me voy con ganas de volver algún día y con una satisfacción indescriptible por haber conseguido realizar este sueño.