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hola birras a todos, estaba decidido a pillarme la moto nueva después de buscar durante unos 6 meses en segunda mano y no encontré ninguna que me llamara mucho la atención y mire la iron modelo 2016 y me enamoro, bueno pillo hora para probarla en barcelona y me sale a 11.200€ con homologación para 2 personas y respaldo pero esta noche vuelvo a mirar el segunda mano y e encontrado un par de iron una del 2009 con 6000 kilómetros y otra del 2011 con 1400 kilómetros ambas con homologación para 2 personas, escapes porta matriculas lateral, a 7500€ cada una mas cambio de nombre, mi pregunta es cambia mucho la moto en seguridad y confort en estos años? es mucha la diferencia en consumo, frenos,amortiguación?
espero sus consejos, siempre e querido una HD y la Iron en negro me tiene de cabeza, e buscado por el foro y no lo tengo nada claro
saludos y mas birras a todos artiendose_de_risa
PD: disculpar por el tochaco de parrafada
Eres un poeta... nenCarburar o no inyectar es la cuestión. ¿Qué es más noble para el alma sufrir los golpes y las flechas de la injusta inyección o tomar las armas contra un mar de adversidades y oponiéndose a ella, encontrar el carburador? Morir, dormir… nada más; y con un sueño poder decir que acabamos con el sufrimiento del remapeo y los mil chockes que por naturaleza son herencia del chiclé… Es un final piadosamente deseable. Morir, carburar, inyectar… quizá carburar. Ahí está la dificultad. Ya que en ese sueño de Harley, los sueños que pueden venir cuando nos hayamos despojado de la confusión de esta vida mortal, nos hace bajar el ralentí . Ahí está el respeto que hace de tan larga inyección una calamidad. Pues quien soportaría los latigazos y los insultos del carburador, la injusticia del inyector, el desprecio del orgulloso, el olor penetrante de un carburador despreciado, la tardanza de la ley, la insolencia del poder, y los insultos que el mérito paciente recibe del inyectado cuando él mismo podría desquitarse de ellos con un chiclé. Quejarse y sudar bajo una vida cansada, por el temor a algo después del carburador – El país sin descubrir de cuya frontera ningún motero vuelve- aturde la voluntad y nos hace soportar los sonidos que sentimos en vez de volar a otros que ya conocemos. La conciencia nos hace cobardes a todos. Y así el nativo color de la bujia enferma por el hechizo pálido del inyector y empresas de gran importancia y peso con lo que a esto se refiere, sus corrientes se desbordan y pierden el nombre de carburada.
Mi opinión es variable y poco documentada por no decir que escribo a lo loco