Lo del Lancia ha sido muy serio, lo sé. Ahora ya un pelín menos serio (ludus jocandi que decían en Cantalejo, New Hampshire), diré que en 1982 y 1984 mi cabrona Electra del 74 cascó biela. El primer año en la infame RN-71, en Grenoble, y llegó a casa en Barcelona dos días después; y la segunda...