Crowley, la idea es buena... pero su fácil "robabilidad" hace que quede abosolutamente descartado en este país de rajasillines, quemacapotas, perritos-que-mean-en-tu-fantástica-rueda-cromada mientras el dueño mira para otro lado, y vierte-azúcar en los depósitos de gasolina. Es tan arriesgado como salir del concesionario con el tapón de origen en vez de gastarte la pasta en uno con llave.
Una pena, sí, lo sé.