Buenos días.
Pongo el ejemplo de ahora mismo; hace un día estupendo, salvo por el viento que es un poco molesto.
Se me pasa por la cabeza el salir a rodar un rato, lo cual me encanta, pero según lo pienso y voy a empezar a prepararme, empiezan a asaltarme las dudas.
Es como si buscara excusas para no salir.
Rodar es como una terapia, pero yo mismo me pongo trabas y zancadillas del tipo de, véase: tener que prepararme, hace viento, la hora que es, está nublado, mejor me quedo en casa, que pereza y así un largo etcétera.
Si ya hablamos de quedar en grupo, la cosa se acentúa. En 10 años que tengo el zarrio, jamás he ido a una concentración de clásicos.
¿Te sucede algo parecido o sales alegremente sin más?
Flojo´s Power.
¡Puta depresión!