Sinceramente creo que una Harley se compra con el corazón.
No hagas demasiados cálculos, ni escuches demasiadas opiniones, porque al final, tanto ruido no te deja ver con claridad.
Ve al concesionario, miralas, siéntate en ellas y siéntelas, (no te hace falta probarlas tanto) quédate en silencio...