Día 2:
El día en que realmente empezamos la aventura. Destino... Dublín. Amenecimos en el Newtown Park Hotel (creo que puse mal el nombre en el anterior post) con muchas ganas de arrancar y con el día amenazando lluvia. Aunque finalmente la suerte Irlandesa, esa que nos acompañó durante todo este viaje, nos sonrió y no pillamos ni una gota.
Con la intención de no gastar más de la cuenta y tras preguntar por el precio del desayuno en el Hotel decidimos ahorrarnos el desayuno allí. Y optamos por parar en el cercano pueblo de Enniscorthy.
Allí; en una cafetería, rodeados de parroquianos, nos metimos entre pecho y espalda un buen desayuno. Café, zumo y unos sandwiches de salchicha, que mientras escribo estas líneas aún me hacen salivar. Que buenos estaban!! Lo de las salchichas allí es para darle un capítulo aparte.
Una vez cogimos fuerzas seguimos ruta por la R772. Una ruta muy chula cruzando pueblos, pueblitos y aldeas. Rodeados de prados verdes. Pero ansiosos por llegar al parque natural de Wicklow y la R755 de la ya que nos habían hablado y recomendado. Y vaya si tenían razón.
Aquí fue donde empezamos a descubrir y comprender la auténtica e increíble belleza del paisaje irlandes. Carreteras estrechas y serpeteantes. Muros de piedra a cada lado que parecían imponer un impenetrable límite a la voracidad del bosque.
Un bosque de verde intenso que envolvía la carretera. Las ramas de los árboles se entrecruzaban sobre nuestras cabezas y nos hacia rodar bajo palio mientras no parabamos de maldecir lo bonito del paisaje que estábamos cruzando.
Soy de Donosti y estoy acostumbrado a rodar en paisajes verdes y con frondosos bosques. Pero confieso que lo que allí descubrí me dejó sin palabras. Hay que ir y verlo para entenderlo.
A mitad de camino de Dublín, en medio del bosque, y aún en la R755 hicimos una pequeña parada para echar un café y estirar las piernas. Aprovechamos que nos topamos de frente con un pintoresco café, justo pasando el pueblo de Laragh, en Glendalough Cafe. Parece ser que era una parada obligatoria para todo Biker de la zona. Una vez más la suerte Irlandesa nos llevó a parar al mejor sitio del lugar. Buen grupo de motos aparcadas, unos cuantos parroquianos echándose un té y un amable personaje con una moto fabricada por el mismo difícil de describir. Llamamosla moto huevo. Muy simpático el tío la verdad. Y el lugar muy wapo y muy curioso. Merece la pena parar si uno va por esos lugares.
Después de un café y departir un poco con los lugareños seguimos ruta hacia el Sally Gap. Según subiamos los tonos verdes intensos se los bosques daban paso a otro tipo de paisajes. Más rocosos, de tundra y colores marrones y violetas.
Atrás dejamos las carreteras entre bosques para rodar por un estrecho camino asfaltado. Donde las vistas de valles abiertos y montañas te estremecían. No podías despitarte demasiado admirando la belleza de esos valles inmensos ya que podías acabar fatal. Y así llegamos al mirador de Tay lough. El lago de donde dicen sacan el agua con el que hacen la Guinness y en cuyas orillas montaron kattegat. Sí, la aldea de la serie Vikingos.
En fin unas vistas iniguables. Y poco a poco seguimos haciendo camino. Ya desdenciendo de camino a Dublín. Y volviendo a reencontrarnos con los bosques.
Una vez inicias la bajada y cruzas el Sally Gap. Donde el terreno está totalmente dominado por ovejas. No tardarmos mucho en ver los extrarradios de Dublín.
Peleamos un poco con el tráfico de la capital. Pero enseguida encontramos el apartamento de Airbnb que habíamos alquilado. El plan era estar 3 días allí para recoger a mi chica que llegaba en avión y de paso hacer algo de turismo... Pero eso ya para otro post...






