Pues eso, que no es que lo quiera, es que lo necesito. Desde 100 km hora me daña. Me quedo atrás. Cualquier dia de estos me abandono a mí mismo en un arcén mientras La Montón sigue a su bola. Qué barbaridad. Qué dolor de brazos.
Para paliarlo, me planteo parabrisarme. Pero sólo a veces. Porque...